jueves, 24 de enero de 2008

Puno, en blanco y negro, y un toque de color

Puno forma parte de la ruta turística que los guiris emprenden a través de El Perú, no por ella misma, sino por el lago que la baña, el Titicaca y la etnia que la puebla, los Uros. Puno es gris, mejor dicho marrón u ocre, se esconde de si misma entre los cerros, urbanizada por multitud de edificios que nunca conocerán su final, porque sus habitantes no se lo quieren dar: paredes sin terminar, a ladrillo visto, de obra, techos de calamina (cinc fundido) y unas ventanas por donde pasa todo el frío del mundo.

Ciudades que nunca se terminan
Puno no es bonita, está a medio hacer, se va construyendo por etapas, se termina una planta y se dejan los fierros para en el futuro construir otra encima, u otras dos. Las ciudades del altiplano peruano son poblaciones cuya construcción no finaliza nunca, el caso más extremo es Juliaca, urbe cercana a Puno, que parece un mar de encofrados. Y no es un problema de dinero, que también, sino de mentalidad, digo esto porque estoy en Bolivia, el país más pobre de Sudamérica y no sucede lo mismo.

Como los de Burgos, sin cuello
Puno es frío, duro y gris, sus gentes no sólo llevan las ropas de abrigo en la calle sino que se sientan en los bares, en los restaurantes, en los comercios y en las recepciones de los hoteles con la chamarra puesta. Se hace incómoda. Son como los de Burgos, sin cuello, lo llevan encogido para no helarse. Además las viviendas no tiene calefacción en su interior y hasta que no se van a la cama no se desprenden de su ropa de abrigo. ¡Jamás podría vivir aquí!

Capital del folclore peruano
Y sin embargo esta ciudad, según leo, está considerada la capital folclórica de El Perú, con más de 300 danzas, lo cual debería significar color, alegría, bueno esto es un decir, porque considero que la música andina es lacrimógena, no tiene nada de alegre, es pura tristeza. Igual que su español, teñido de pura sumisión.
Y sin embargo tampoco se entiende porque el vestuario indígena, aymara mayormente, es un festival de colorido, en todas sus gamas y en todas las intensidades. No es lo mismo en su vestir "occidental" gris y oscuro. Puno es una de esas ciudades que me llenan de contradicciones, que me hacen pensar por qué son así las cosas, por qué las culturas autóctonas visten hasta lo chillón y hacen de su entorno la amargura más dolorosa.

Más contradicciones
Si recordáis cuando hable de Iquitos os comenté que el paisaje vehicular estaba compuesto de motocarros, triciclos a motor. Iquitos está a 106 msnm y no cuesta pedalear.Pues en Puno, a 3.827 msnm, donde ya andar es una tortura, donde mover el cuerpo es una tarea encomiable, los bicitaxis no van a motor sino a pedales. Jamas olvidaré la primera vez que vine a estos parajes, cogí junto a ML un bicitaxi en la estación de trenes, acordamos el precio, cargamos las mochilas, nos montamos y… a mitad del camino le dije al conductor que parase, le pague el doble de lo establecido y seguimos el camino hasta el hotel andando. El pobre hombre no podía. Es imposible pedalear a esa altura: no hay oxígeno. Y sin embargo pedalean.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido con la mayoría de apreciaciones sobre Puno, me llama la atención que consideres un asunto de "mentalidad" lo de las casas a medio hacer, pero creo que, en el fondo, es parte de la manera de ser de muchos perguanos (como decía el ex presidente Toledo). Muchos estamos a medio hacer, o medio desechos, es cierto. Y las contradicciones son parte de ese conglomerado de hormonas y neuronas revueltas que podrían conformar "la peruanidad". ¿Por qué se pedalea en el Altiplano? Pues porque la gasolina es muy cara. Ya lo sé, en Iquitos también, pero a ver, ponte a pedalear a 35 grados a la sombra... Ya lo sé, lo hacen en Bangkok, pero creo que el hombre del Altiplano busca esa identificación con la rueda que le fuera denegada a sus ancestros...
Ahora en Febrero, en la época de carnavales, se celebra la fiesta de la Virgen de la Candelaria, una catarsis popular en la que durante una semana se baila, se bebe, se fornica y se desatan todas las emociones contenidas durante un año en un mar de hectolitros de cerveza (tibia, naturalmente, o ¿quién podría beber cerveza fría a 4000 metros de altura, excepto nosotros los alemanes?). Ahí verías a los puneños no contentos, pero sí eufóricos...
Dos acotaciones: Una muy subjetiva: Juliaca, a mi parecer, ostenta el título de ciudad más fea del Perú (dicen que Cerro de Pasco le gana, pero no conozco), ¿alquien propone otra candidata? O Jorge: ¿has visto ciudad más fea que Juliaca en todo tu viaje?
Y la otra, un poco pedante: los Uros son una etnia extinguida: el último Uro "puro" falleció en los años 70 del siglo pasado, los que quedan y viven en las islas flotantes para salir en las fotos son mestizos y hablan quechua. El altiplano está poblado por quechuas y aymaras. Y en Puno, una calle divide -desde la colonia- la ciudad en dos sectores, norte y sur, quechua y aymara, respectivamente.

Jorge Bonilla dijo...

Tienes razón MIguel, Juliaca es la ciudad más fea que he visto en mi recorrido. De los Uros, que son aymaras según dicen ellos, pensaba hablar en el próximo post. Así como de los quechuas de Taguile.

Por lo demás me das la razón: es una cuestión de mentalidad. Copacabana que está enfrente de Puno es muchísimo más hermosa, llena de luz y de color, y racialmente no se diferencia en nada de Puno, Hay más aymaras, lo único.

Marion dijo...

bueno, chicos, vale ya con meteros tanto con puno! aunque sí, lo recuerdo. y muy duro. mucho más después de un viaje interminable en peru rail. ¡pinches ingleses!
curiosamente he apartado a la ciudad de puno de mi mente. de lo que me acuerdo es el titicaca. y ese lago (que digo: es un mar es un oceano) es espectacular. Nunca jamás he vuelto a ver una cosa similar. Un color único. Un gris fascinante. Es un paisaje surrealista, lunático, bello. Un paisaje sin igual. Hasta las que no creemos ni en dios ni en dioses, pensamos: pues aquí residen. Sean como sean los dioses.

Anónimo dijo...

Estimado J. te estás haciendo un experto en lenguas foráneas, contestas en alemán a no sé quién; respondes en Inuit, o cómo se llame eso, a la madre de tu hijo; y ahora también nos deleitas en colonés, como tú dices. Ya sólo te falta el inglés, jejeje.

Anónimo dijo...

marion, te has dado cuenta de algo que se creía una falacia nacionalista, pero que tiene mucho de cierto: DIOS ES PERUANO (sino, ¿cómo se explica que este país siga existiendo?)
y por cierto, los de PeruRail son gringos, no ingleses, fuck them anyway! (aunque se hayan portado bien conmigo en su momento... pero lo que hacen en Machu Picchu es pura sinvergüenzura, como se dice por acá...)

azuvil dijo...

a quién le importa sí una ciudad es bonita o no, a parte de a la LP o a cualquier guía de viaje.

está viva? o no, o medio? o muerta.

la arquitectura no es todo, es casi lo de menos. Bueno, no lo de menos.
la pregunta es cómo te recibe. te maltrata nada más llegar, te
intenta aleccionar sin conseguirlo, remueve tus entrañas sin acabar de compensar esa sensación de vacío que dejó tan al principio…
te pongo un ejemplo muy poco original München/Berlin:
a quien le parece Berlin una ciudad bonita? a nadie. Pero Berlín VIVE, de sus contradicciones, de querer ser, de moverse, de su gente. De todo a la vez

München es una ciudad bonita, tan preciosa como muerta.

Anónimo dijo...

Yo creo que la arquitectura no es lo más importante pero sí es importante. Creo que todo lo que se presenta de manera agradable a la vista, sin nada más, ya te hace disfrutar. A mi, en realidad, me gusta la sorpresa de ver las cosas de forma diferente, es decir, me puede encantar ver un edificio rococó lo mismo que un valle lleno de chozas, o una colonia de casitas pintadas de diversos colores, o una pagoda en medio de un lago. Cualquiera de esas cosas, u otras, unido a la amabilidad de la gente, a su idiosincrasia, a todo en conjunto, es importante(hasta una chabola hecha con cierto ingenio).