miércoles, 26 de marzo de 2008

Río Gallegos, rumbo al Atlántico

De Oeste al Este. De El Calafate a Río Gallegos, 320 km de pura estepa. Sin árboles, únicamente hierba, amarilla, peinada por el viento, ovejas pastando, ñandús que huyen ante los ruidos de motor y guanacos que miran pero que no se espantan. Última estación antes de Ushuaia, me acerqué allí para ver de cerca a los pingüinos, los tuve a mis pies.

Río Gallegos, de dónde vendrá el nombre
No llegué a saber por qué se llama así, supongo que por los primeros colonos. Edificios modernos, calles amplias, costanera pavimentada e inhóspita, no pasea ni dios. Casa de España, Banco o Caja de Galicia y restaurante El Hórreo. Población joven, apenas hay abuelos, actualmente en crecimiento debido a la explotación del gas y del petróleo. El Estado construye viviendas casi gratis para atraer población. No tiene más. Es una estación intermedia para ir a tres de los puntos cardinales, al Este, sólo el Atlántico.

Universo de ovejas solitarias
La oveja cuando muerde la hierba no solamente la corta para comérsela sino que arranca literalmente la mata de la tierra. Y eso es un problema. Hace años, a principios de la colonización ovina, esquilmaron la tierra, pusieron demasiadas ovejas por hectárea y se quedaron sin pasto. Arrasaron la ya dura tierra patagónica, donde había sotobosque lo incendiaron para pasto. Todo por el pasto. Hoy no caben más de una o dos ovejas por km2. No hay pasto y estamos hablando de una extensión superior a España y Portugal juntos. Los borregos no corren en rebaños como en nuestra tierra, se mueven libremente por áreas delimitadas y en pequeños grupos, no hay pastores, un gaucho solo las irá a buscar cuando llegue el momento de esquilar. Uno bueno 200 al día, ¡Toma ya!

El Cóndor lejos de los Andes
Desde Río Gallegos hasta Cabo Vírgenes donde se encuentran los pingüinos, son 90 km de ripio (pista) lleno de baches, cantos que revientan los parabrisas y torturada por un viento helador. Casi todo el trayecto se encuentra dentro de una estancia, una gran finca, 200.000 hectáreas pertenecientes a la familia Benetton –el mayor propietario de tierras del país, con 930.000 hectáreas en exclusiva–, la Estancia Cóndor, donde comparten territorio ovejas (del modista) y pozos petrolíferos (del Estado argentino). A lo lejos la estancia, el casco (residencia del terrateniente), los barracones y los galpones de esquila, verdadero centro de las fincas dado que es donde se extrae la lana. Desde hace unos años no hay una sola tienda Benetton en Argentina y los mapuches le reclaman terrenos robados.

Chimeneas patagónicas
Así son, da igual el material de combustión, su forma de hache está estudiada para que no se forme vacío ante los vientos feroces de este territorio, de lo contrario todo el humo producido regresaría al interior. Se las puede ver tanto para calefacciones individuales (véase la foto) como generales sobre los tejados.

Pingüinos de aguas calientes
Ya tenía ganas de verlos. Tan míticos, tan graciosos, tan únicos. Ya no se asustan de la presencia humana, aunque algunos precavidos se alejan unos pasos. Sólo se ven en el Hemisferio Sur. Los que aquí habitan se llaman Magallanes, una especie que no vive en el hielo, hay pingüinos a los que les gustan las aguas calientes y cuando llega el invierno austral suben hasta Brasil. Y toda la vida pensando que sólo pisaban hielo, ay ignorante de mi! No es la única especie. En Cabo Vírgenes, donde estoy, hay una gran comunidad, la mayor de la Argentina llevan 20 días sin comer, escuálidos, sin meterse al agua. Están cambiando el pelaje, como cada año, que les permitirá poder nadar sin mojarse. Los jóvenes ya han salido rumbo al Norte, quedan los adultos que en tres semanas abandonarán estas frías latitudes, en seis meses volverán, subirán la playa y se internarán en el campo, reconocerán sus nidos oradados en las matas y parirán. El ciclo de la vida.

3 comentarios:

Marion dijo...

George, no puede ser que mezcles tantas cosas: me he quedado encantada con los pingüinos, son preciosos y me encantan; me he puesto muy triste con la oveja solitaria, y ya con la historia Benetton me he indignado. Ahora, con esa mezcla de sentimientos ¿qué hago?

... bueno, che, ya sé: that´s life!

Me quedo con los pingüinos!

Jorge Bonilla dijo...

Ir a dormir y soñar que eres una guardacostas que te encuentras un pequeño pingüino perdido y le llevas hasta su manada. Desde ese día cada vez que pasas por ahí, el pequeño se acerca a ti corriendo sobre su lomo, te saluda y le haces unas carentoñas. Luego se aleja. Ya te hizo feliz la jornada.

María y Pedro dijo...

los pozos petroleros a que haces referencia, no son del estado Argentino, sino de repsol(española) asique suma ovejas de benetton, petroleo de repsol. igual que en la conquista, pero con celulares en vez de espejitos de colores. bye suerte.

buen blog. Pedro. de El Bolsón Argentina