Oaxaca (pronúnciese Huajaca) anda revuelta desde que en mayo del 2006 una simple protesta de maestros, –pedían la rezonificación laboral–, en el centro histórico desembocará en una brutal represión por parte del gobernador Ulises Ruiz Ortiz . ¿Consecuencias? En noviembre hubo entre 17 y 20 muertos, además de algunos desaparecidos producidos por disparos de la policía, ejercito y fuerzas paramilitares. ¿Consecuencias? Durante le invierno disminuyo el turismo,, principalmente gringo en esas fechas, en un 90%. y durante tres meses hubo miles de personas que estuvieron con los brazos cruzados, y no por placer. ¿Consecuencias? … ¿Queréis qué siga?
Hoy, Oaxaca ha sufrido un lavado de fachada, se la ha dado el gobernador para borrar los vestigios de la batalla. De un día para otro. Todo el centro. Operación maquillaje. Pero aunque sus paredes estuviesen ennegrecidas tiene un sabor amable: su gente. Quizá San Miguel esté más cuidada, pero aquello tenía cierto tufillo artificial: demasiado gringo, demasiado perfecto. Aquí no, aquí se respira lo étnico, lo popular, aquí no hay máscaras, es lo que se ve. Hay multitud de iglesias. Demasiadas. Ya ni las visito. Las he cogido manía, no por ellas sino por los que las erigieron. Discutí con un guía porque nos tuvo una hora en unas ruinas dominicas y ¡un cuarto de hora en un mercado de abastos! No hay color.




Tiene un olfato especial para el Norte, de hecho 400 mil al año toman esa ruta. Huyen de la miseria. Hay más población en el exterior que en sus propio territorio. ¿El sueño? Los EEUU –en Oaxacalifornía (hay página web) hay más de dos millones – pero muchos se quedan en el camino, da igual si la ciudad de México, el Distrito Federal o Chihuahua, lo importante es encontrar trabajo, mitigar el hambre. Aquí las madres paren para que sus hijos sean mojados, (ver Camino de San Francisco: indocumentados, pochos y chicanos). Solo quedan los ancianos, ellos no pueden irse. No obstante hay multitud de niños que están esperando a crecer para liarse la manta a la cabeza y tomar la ruta del Norte.
18 de los 65 que hay en todo México. Cada etnia un color, una vestimenta. Imposible de diferenciar. Hay que saber. Zapotecos, mixtecos, triquis,… Los primeros los más numerosos, los segundos, "el pueblo de las nubes", quizá por ello los más desplazados. Entre ellos no se entienden, diferente pueblo, diferente lengua. Los vi en los mercados, vendiendo sus viandas, recorriendo las calles cargados con sus artesanías. "Compra, compra, buen precio" No puedo. En un viaje como el mío no es posible adquirir nada, salvo los alimentos que ofrecen: dominicos (plátanos pequeños), cacahuetes, tostados en casa, mangos, cocos, caña de azucar o médula de maguey (cactus)
3 comentarios:
Enhorabuena por tu éxito bloggero, hace mucho que no te entraba y acabo de echar un vistazo a las titubeantes primeras etapas de tu periplo: está claro que cada vez haces mejores fotos, entre otras cosas. Veo que encontraste el tesoro de Sierra Madre, enhorabuena también. Y bienvenido a Centroamérica, que viva el contraste. Un beso
Yo comí chapulines en Oaxaca...
Por probar... Recuerdo los mil colores y los mil olores...Y probé el mole poblano,también por probar... totalmente de acuerdo...Puritito. Recuerdos... Que lástima San Cristobal de Las Casas ( para el siguiente????). Mucho ánimo y mucha fuerza.Besos.
Maremoto y su mochila!!!!
También probé chapulines. San Cristóbal de las Casas está efectivamente por llegar. Gracias maremoto.
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