viernes, 16 de noviembre de 2007

Colombia, a modo de despedida

Me ha cautivado. Es una sensación, no tiene nada de racional. Tiene pecados, pero como ya me ocurrió en Nicaragua se los perdono, como perdonamos los malquehaceres de nuestros seres queridos. Por qué en algunos lugares la basura nos parece linda y en otros nos hace vomitar, si es la misma basura. Eso se llama subjetividad: mi punto de vista. A Colombia la quiero, no me preguntéis por qué. Sus gentes, su lengua, sus paisajes, yo qué sé!!!

Busetas
Las reinas de la carretera. Todavía no hay demasiados carros en Colombia, pero es un país que se mueve. Estos pequeños buses de aspecto exterior más lamentable de lo que realmente son unen ciudades cercanas y multitud de pueblos. Son cómodas, vas sentado y por un precio módico te dejan donde quieras. En México apenas las utilicé. Cada país que he recorrido tiene sus propios mecanismos de movilidad. En el interior más modernas, en la costa como la imagen.

Callejero
Si no sales de casa piensas que en todas las ciudades del mundo el callejero utiliza el mismo sistema que el tuyo. Pues no, cada país se rige por su propia lógica, que funciona, claro. aunque si eres de fuera es difícil de entender las primeras semanas . Aquí las calles no tienen nombres, sino números y se cruzan las carreras (dirección norte sur) con las calles (dirección este oeste). Así, si alguien te diese una dirección podría decir Calle 17 3-12, lo que significa calle 17 con la carrera tercera número 12. Lo que no cambia en Latinoamérica es el término cuadra, da igual donde estés está a una, dos o tres cuadras.

Colombianos
Blancos, mestizos, negros, indios, una gran amalgama. Abiertos, modernos, buena gente. Paisas, costeños, rolos, cada uno con sus características. Contrastan con la imagen que tenemos de ellos, sicarios, violentos, narcos, guerrilleros, paramilitares.

Comidas
No son su especialidad, ni es variada, ni especialmente elaborada. No puedo hablar de un plato que me haya levantado pasiones. Cocinan muy grasiento. Todo se parece mucho, el sancocho (potaje con verduras y trozos de carne o pollo) está rico…, la carne la preparan fatal, demasiado hecha, aunque a veces he degustado algunos ricos pinchos morunos en la calle. En la costa pescado. Desaparece el chile y aparece el ají. Ademas del maiz el trigo es parte importante de su alimentación. Cuando hablamos de fruta la cosa cambia: exquisitas.

Desplazados
Por la guerrilla, por los paras, por el gobierno. Los desheredados. Son gente que no vive donde debería vivir sino donde les imponen. Un millón, dos, demasiados, es el tercer país del mundo con mayor número de personas fuera de su hogar dentro del país.

Guerrilla
No la he visto. Se esconden en las diferentes zonas selváticas que configuran el país. Entre 10 y 20.000. Muchos. Ya no son los liberadores románticos de décadas pasadas, ahora controlan las plantaciones de coca, la elaboración y distribución. Hay mucha pasta por medio. No se habla de ello. Todos los gobiernos han intentado un acuerdo de paz, ninguno lo ha conseguido. Ahora andan con intercambio de prisioneros, acuerdo humanitario, se denomina.

Hamacaland, Hamaca country
No solo en Colombia, la hamaca es desde México una constante, sobretodo en las regiones costeras. Para dormir, echar la siesta o cuano no se tiene nada mejor que hacer. Cualquier momento es bueno para disfrutarlas, salvo yo, que soy un pringado y no paro: llevo el alma occidental dentro.

Libros, librerías
De nuevo reaparecen en el paisaje urbano, en puestos y en comercios. Existen. Llevaba meses sin verlas. Además de literatura y obras de segunda mano mucho folleto de leyes y de libros-cómo: cómo ser rico, cómo triunfar en los negocios, cómo… A patadas. Influencia gringa.

Mamás
Muy jóvenes, demasiado. Ya solo preocupan las menores de 14 años, a partir de esa edad es como normal. Son un ejercito. No todas acaban en la prostitución, multitud de ellas ejercen otras profesiones y dejan a sus hijos con la abuela, que en la mayoría de los casos también parieron siendo adolescentes. De los papas nada se sabe. No sólo en la costa, también en el interior. Abortar es un pecado muy grande. El transporte, en brazos.

Música
Tan imprescindible como el aire. Ya sea tocando, cantando o bailando. Comienzan desde edades muy tempranas no solo a bailar también la enseñanza de instrumentos. Niños y niñas. Las calles se llenan de color viéndoles marchar. En las busetas, en las tiendas, en los puestos callejeros no puede faltar la música. Su música.

Mototaxis
Especialidad costeña, aunque la ley dice que hay que llevar siempre casco y el número de matrícula en un chaleco, en la costa importa menos, de hecho nadie los lleva. Son cientos los que se dedican a esta profesión en auge, pero son ya tantos que no ganan nada…

Pastelerías, dulcerías
Muy extendidas. Mucha bollería pero un poco basta, demasiada masa, pesada, mejor en el interior (no hay tanta humedad). Los bollos en la costa se vuelven blandos, no existe lo crujiente.

Pechos
Descomunales. Mucha operación. Se les ve todo el canalillo, el último botón abrochado no es dónde acaban sino donde empiezan. No les importa que les miren, aunque a mi, hombre de traseros, me da una vergüenza terrible hacerlo, pero ante semejante espectáculo no he podido obviarlos y he babeado como un perro ante su visión. A una telefonista le dije "disculpe tiene un escote precioso", "desde ahí arriba me verá todo, claro" me contestó y siguió haciendo su trabajo.

Retenes, policías, ejército
Parece un país tomado, en cada esquina, en la playa, los mercados, estaciones, calles, parques, en los caminos, carreteras… allá por donde vayas hay decenas de policías. En las zonas más peligrosas también actúa el ejercito o la armada y pueden pararte en cualquier momento, pedirte la documentación y cachearte si es necesario, "que bajen los hombres" dicen. La sociedad civil lo vive con naturalidad. Si eres guiri, choca.

Trabajar
A dos ritmos. El interior y el costeño. Dime que clima tienes y te diré cómo trabajas, cómo andas, lo que sudas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre pensé que todo Ped a Gogó insPirado llevaba el baile en la sangre.Deben de ser tus ya conocidas sandalias que se han quedado sin pescado. Delirios aparte, Colombia también se ha mostrado muy interesante y atractiva, evitando las zonas rojas y paramilitares, así como cierto fiasco con el Macondo imaginado. Casi nada es lo que parece y mucho menos los mitos.
Da la impresión de que estas de vacaciones o en medio del amazonas, puesto que todavía no nos has contado nada de Venezuela. Espero que no te tomen por monárquico ni te trague una boa, dicho de otra manera: que todo esté bien. Disfrutadlo.