

Estamos en Carnaval, tiempo de caretas, de disfraces. Hoy es igual el rico que el pobre. Hoy se intercambian… bajo máscaras. Hoy te puedes reír de todo… bajo una máscara. Ocultas tu rostro, ocultas tu alma. Te transformas, interpretas. Diablo, la muerte, la vida, la sorna, el condenado. Hoy es día de burla y Bolivia tiene un buen patrimonio. Desconozco de dónde viene la tradición, pero es fantástica. Quizá de tantos siglos de estar pisoteados, los indígenas y su desprecio hacia lo terrenal, sobre su propia realidad, sobre el hombre blanco. Lindas y bien presentadas.

Qué decir, es tan variado y comoplejo que me acojona escribir una sola línea. Cada grupo, cada zona, tiene sus propias particularidades: una trama, una greca que es como una seña de identidad. Formas geométricas, animales, humanas y fantásticas. Cada tela es una tesis en si misma. Hay que saber mucho, mucho para entender toda la simbología. A estas tierras vine porque dos profesores de textil de la Bauhaus lo hicieron en el año 34. Fue el hilo que me trajo a América. Lo que se por las calles es teñido con colorantes químicos, de ahí su florescencia, el bueno, el que dura, el clásico es de pigmentación vegetal y no tan brillante.

Quién no conoce la quena o la zampoña. Tantas veces las hemos visto, objeto de recuerdo para viajeros que vuelven, cualquier imagen de música andina lo presenta. Instrumentos de pastoreo y de fiesta. El charango


Riquísimo. En sombreros, penachos, brazaletes, tejidos, tocados… Muy extendido desde las tierras altas hasta las bajas, en la Amazonía. Color, fantasía, luz, comunicación, arte, comercio entre la selva y las alturas, andinas. Celebración civil, religiosa, festiva. El arte plumario lenguaje en si mismo: en la jungla no se visten, pero no puede faltar un buen penacho para festejar. Quién no iría en su ciudad a una exposición de arte plumario si se la llevasen. Todos, Por qué, por lo exótico, por lo visual, porque es un flipe!
1 comentario:
Actividad bloggera feroz, de repente, George, ni a mí me da tiempo de seguirlo. Enhorabuena. Precioso post. Ay, Bolivia. Vales la pena. Lo sabía.
Iré!
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