domingo, 23 de diciembre de 2007

Viaje por el Amazonas 2: sus protagonistas

Cuando abandoné el Fenix me despedí personalmente de toda la tripulación, del capitán, de su segundo, de las meseras, de las cocineras, del señor encargado de la limpieza y el de la seguridad. De los estibadores y de su jefe. Les di las gracias por haberme hecho tan feliz sin pretenderlo. A ellos y a Milton, el peruano en paro; a Hernán, mi traductor, también peruano y a todos con los que conversé y no me aprendí su nombre. Todos, absolutamente todos hicieron de ese trayecto un viaje inolvidable. Y sobretodo a B. que se hizo pasar por mujer aun siendo una niña, me dedicó hermosas palabras y no se dejó fotografiar a pesar de tener los ojos más bonitos que haya visto en mi vida. Gracias a todos.

Manuel, el capitán
Tenía el turno de la noche y mi cabina estaba junto al puesto de mando. Toda la vida en el Amazonas, en embarcaciones de todo índole y en diferentes ríos. 18 meses con Costeau. Lo ha visto todo en esas aguas. Sus hijas en Holanda y EUA. Está preparando su pick-up para irse dos meses por tierras latinas y ahorrando para ir a Europa y visitar a sus hijas.

Joao, el indio
De la tribu Martes. Cinco días tardo en saludarme, sonreírme. Me lo encontraba todos los días varias veces, siempre le saludaba, él bajaba la cabeza y me negaba el saludo. no me permitía que le hiciese fotos, hasta que un día me pidió el ipod, estuvo dos horas con él. Inamovible, rígido, seco aunque sonriente al final: conversamos demasiado poco como para preguntarle que significaban las líneas que le cruzaban el rostro. En cuanto le pedí una imagen con él volvió a su expresión taciturna. El último día le sugerí una foto con su esposa, me dijo que sí, en el momento de efectuarla me contó que su mujer quería 20 reales, le dije que adiós.

Mis amigos, los mexicanos
Gabo, el Gordazo, según le apodó María Lucia, abuelita brasileña de 53 años, tantas mujeres como países ha visitado, vive entre Ibiza y Barcelona, se quiere dedicar a la fotografía: su cámara me daba mucha envidia. Danir, el ojazos, eran lindos, tiernos, mirada sosegada, buena persona por los cuatro costados, su amor se llama Olga, española, de Salamanca, viven allí… por ahora. Encantadora pareja. Con ellos pasé la mayor parte de mi tiempo, jugando al dominó, riendonos de la vida y contándonos nuestras aventuras viajeras. Los volveré a encontrar, seguro!

Sasa, un toro que no se jubila
66 años, toda la vida trabajando en barcos. De limpiador. Se pasaba el día con la escoba y la fregona y cuando tenía tiempo se colgaba de la borda y limpiaba el casco. Yo le miraba acojonado porque se agarraba con una mano, sin ningún tipo de seguridad, mientras que con la otra pasaba la bayeta. Tenía el barco como la patena. Me pidió un real para comprar cachaza, le di 2 y casi me mata del abrazo. Viejo, pero fuerte como un toro.

Sula, el gladiador
Español, de Roma, decía él, Era el encargado de la seguridad. Andaba lento, como si no pudiese mover su propio cuerpo. Se hizo amigo mío porque no paraba de darle cigarrillos, bueno de hecho fui el estanco oficial del Fenix, todos me pedían tabaco, y claro yo no se lo negaba, ellos me daban otras cosas: información, charla, secretos de alcoba, sonrisas y me permitían hacer fotos sin que hubiese mosqueos

Las meseras, Marilza, Beatriz y Maria
Tres generaciones. La abuela y la nieta me perseguían por razones diferentes, la tía se compinchó con la sobrina. En fin, un lío sin mayores consecuencias. Se pusieron guapas para desembarcar en Tabatinga

Norberto, el malo
Colombiano. Traficante de armas, tres veces en la cárcel, un cuerpo bello, sin gota de grasa, pura fibra. Le tuve que moderar varias veces. Todo el barco lo quería echar por la borda. Acabó en comisaria y molido a palos, según me manifestaron los jóvenes. "Soy malo" decía, "pero peor que malo es ser ateo o marica" Lo echaron al tercer o cuarto día, por meter manos a las chicas por la noche, se pajeaba tocándolas el culo y luego las llamaba putas por no hacérselo con él. Un cabrón.

Elenka, mi niña
India. lo más bonito del barco, la desdentada, cinco años llenos de energía, juguetona, graciosa. Flexibilidad corporal absoluta, le hice mil perrerías, cariñosas evidentemente, y siempre quería más. El primer beso que le pedí tardo más de 10 minutos en dármelo, el último ni un segundo. Su padre no le hacía ni puto caso. La adoptamos todos los guiris… se sentía importante.

Fran, sin compromisos emocionales
24 años, divorciada, mama de tres hijos, el primero con 16, por parte de mama tiene 8 hermanaos, por parte de papa 40!, "era un poco mujeriego" me confesaba. Simpática, agradable, curiosa y divertida. Se ponía la ropa con calzador, más prieta imposible. No quería pareja fija, por las noches a menudo no estaba en su hamaca, fue una de las que se quejó al capitán por las groserías del Malo. Nos reímos mucho con ella.

Guillermo, el Galgo
Artista colombiano, un fenómeno, un personaje. El concepto reciclarte es suyo, aunque se lo habían robado. Se pasaba el día pintando o con unas tijeras de cortar chapa. Lo suyo son las latas, vacías. No paraba de hablar, increible tenía rollo para horas, al principio me insulto con que si yo no era ciudadano sino súbdito de un rey, al final conversamos largo y tendido y me regaló una de sus obras, lamentablemente se rompio en mi equipaje. Todo el barco estuvo decorado con sus latas-lámpara, latas-móvil, etc.

Rosana, enamorada y con el corazón partío
Nos colmaba a besos a los mexicanos y a mi. Quiero pensar que sin malas intenciones, por la edad, tenía 17. Se enamoró del camarero, pero al día siguiente llegó una mujer de grandes curvas y ya no pudo hacer nada, más que mirar cómo la otra no se separaba de su enamorado.



Los guiris, Emma, Vicky y André,
A ellas las conocí en el Hostel, no me hizo gracia que fuesen en el mismo barco que yo, luego resultaron ser un cielo. Las dos. Emma, australiana y todo sonrisa; Vicky, inglesa, desde el segundo día con un pañuelo al cuello; André, alemán, nacido en Sudáfrica no entendió cuando fue a Alemania como los no blancos iban a la escuela con los blancos, era un buen tipo.

Ana Alice, la lectora
La única que no leía la biblia, la mujer más elegante del barco, aunque demasiado presumida. Unas manos preciosas y una sonrisa cautivadora. Pasaba de todo el mundo, hasta que el último día alguien la conquistó…

Joao, el cazador
No pasaron ni cinco minutos de arrancar que ya estaba a la caza. Pura tetosterona. No hablaba ingés, pero le daba igual. Con las inglesas o con quién fuese. Brasileño de papa colombiano. Nos estafó unos reales a Gabo y a mi para comprar algo que nunca llegó. Me cayó bien y se lo perdoné.

Los pasajeros-estibadores
Puro músculo, cuerpos bien formados. Brasileños, colombiano y peruanos. Son jóvenes y fuertes, querían tirar al Malo por la borda, hubo que frenarles. Se pagan el pasaje currando, buen sistema de viaje.

X, el autista
Suizo, aunque lo escondía, a mi me lo contó Fran, mi informadora. No se relacionaba con nadie, se pasaba el día en el camarote y cuando salía estaba solo. Un imbécil. Coincidimos un par de veces comiendo junto a André, charlabamos en alemán y él se hacía el tonto. Imbécil, insisto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena J. Tú haces lo que otros soñamos. Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

Jajajaja joder, lo que me has hecho reir. Estoy en el MSN con una amiga española (soy argentino) y estamos riéndonos juntos con las aventuras del Loco y la joven que tiene 48 hermanos. Qué de historias tendrás para contar, jajaja. Un gran abrazo desde Buenos Aires!!!!!!! Saludos de otro que hizo más de 60 mil kilómetros este año..... aunque la enrome mayoría pertenece a avión ida y vuelta dos veces a tu país natal :)