jueves, 28 de junio de 2007

Guadalajara, algo más que mariachis, charrería y tequila

¿Es Guadalajara una ciudad moderna? ¿Qué hace a una ciudad ser moderna o no? Sus infraestructuras?, sus servicios?, lo que acontece dentro de sus límites? Las actividades que genera? Estamos en la tierra del tequila, de los mariachis y de la charrería. Pero para mi la capital de Jalisco es algo más que eso. No tendrá las mejores aceras, las calles están llenas de baches, los autobuses urbanos dan pena, la mayoría de las viviendas están desconchadas, pero en cuatro días de estancia he visto una serie de detalles que me hacen ver una metrópoli llena de comerse el futuro.

Quién me hubiese dicho a mi que aquí se podría celebrar el Día del Orgullo Gay, pues sí, en el purito centro de la ciudad concierto y chirigotas, reclamando sus derechos rodeados de policías en bici al mejor estilo californiano. Sorprendente y admirable. Y es que México ya no es lo que era, esa tierra de machos bigotudos, todos hombres, muy hombres; hasta la página oficial del país, invita a este grupo a visitarlo.
Al día siguiente, domingo, por una de las principales avenidas, cortada para el tráfico motorizado, fluían multitud de ciclistas. Jóvenes, adultos, parejas, familias conformaban ese pelotón urbano. Mismo día, unas horas más tarde, mogollón de jóvenes invaden el centro con sus instrumentos musicales: exámenes finales en el conservatorio. (Por problemas técnicos no hay imágenes de estos acontecimientos. Lo siento).

¿El mayor restaurante del mundo?
Es un mercado, sí, un mercado o rastro o bazar o como se le quiera llamar en la que toda una planta está llena de innumerables cantinas, taquerías, restaurantes. Imposibles de abarcar. Toda la cocina de 90 millones de personas resumida allí dentro. Un invitación a la gula. Y yo cogiendo kilos.
Después de la experiencia americana en la que el coche lo invade todo es un placer poder pasear por una macrociudad (un millón y medio de habitantes el área urbana y hasta 5 millones la metropolitana) por calles sin coches: las maravillosas calles peatonales, repletas de cosas que les gustan a ellos, comida, artesanía, zapaterías y muchas tiendas de novias y de eso tan extendido en el Caribe hispano que se llama "los quince" celebración familiar que se realiza cuando una niña cumple quince años, es decir, no nos engañemos, ya está en edad de procrear, ya pasa de niña a mujer, para lo cual se hace una gran fiesta con las mejores galas, con todo tipo de vestidos, a cada cual más cursi, salvo blanco, y evidentemente no podía faltar el oficio religioso ni los mariachis.

Por qué razones más es Guadalajara moderna. pues porque acoge a la segunda feria del libro más importante del mundo después de la de Francfort y primera en lengua española; pues porque aquí la denominan el El Valle del Silicio mexicano y es el centro del software patrio; porque será la sede del sexto museo Guggenheim en el mundo, y estos no se andan con chiquilladas; y porque no sólo de mariachis vive el mejicano, aquí se inventaron en los 80 el "acid cabaret" y la denominan la capital electrónica de México.

Hay que tener en cuenta que estamos en el segundo mundo. Con peculiaridades del primero y muchísimos lastres del tercero. Es un país muy rico en materias primas, con dos de los hombres más acaudalados del mundo, Carlos Slim, dueño de medio país y Carlos Salinas de Gortari, actualmente exiliado y tristemente conocido por dejar el país arruinado, pero si te paseas por las zonas rurales (y aún no he visitado el Sur, que debe ser peor) da la sensación que estás en el tercer mundo, falta de infraestructuras, chabolas, muchas chabolas, suciedad por donde miras, multitud de reses muertas en los arcenes y aunque el tráfico es numeroso en las ciudades no así la circulación entre éstas, razón por la cual tienen un buen sistema de autobuses, –con algunos ejemplos de arquitectura muy interesantes– con grandes comodidades y a unos precios razonables. Además la red principal de carreteras cuenta con bastantes autopistas, de peaje, pero autopistas., pero al mismo tiempo sigue conservando esas maneras del tercer mundo: cuando entras en alguna ciudad, Guadalajara, por ejemplo, hay un puesto militar de salvaconducto. Son de chiste, no pasa nada, únicamente están. pero están, de eso se trata. Su sola presencia les separa del primer mundo, nadie en Europa o EUA se puede imaginar en una población y pasar un control, no policial, sino militar.

Guanajuato, donde la plata se teñía de rojo
Cuando viajo, en general, no me gusta visitar dos ciudades grandes seguidas, siempre prefiero combinar lo chico con lo grande, la ciudad con el campo o la playa, es como en el cine, pasas de un plano general a uno corto y luego a uno medio. Da más perspectiva. Por ello antes de llegar a DF –que miedo, por lo grande– he elegido dos destinos pequeños, amables y llenos de color y de historia como son Guanajuato y la ciudad que recomiendan todos los mejicanos sin excepción: San Miguel de Allende.

Me acerqué a Guanajuato (lugar de las ranas) por consejo de los ángeles de Chihuahua y porque Eduardo Galeano le dedica unas líneas,–duras, escabrosas– en sus Venas abiertas de América Latina (Siglo XXI de España Editores). Aquí a finales del dieciocho se sacaba el 30 % de toda la plata del mundo, aquí se explotaba a los indios hasta la muerte. Aquí la edad laboral comenzaba con 12 años, aquí las madres mataban a sus hijos para salvarles del tormento de las minas, aquí comenzó la independencia de México … aquí estoy ahora con un guía mestizo, muy mestizo, que me niega que México fuese una colonia, "Virreinato" me dice, que me quiere hacer creer aquella época dorada, perdón, plateada en la que se construyeron grandes palacios, donde la Iglesia, ¡La santa Madre Iglesia! construía magníficos templos, dorados retablos con la sangre indígena. ¡Que vergüenza! El gran Alexander von Humbolt, que estuvo por aquí a principios del diecinueve, escribía y con esto acabo mi desquite " acaso en ninguna parte la desigualdad es más espantosa… la arquitectura de los edificios públicos y privados, la finura del ajuar de las mujeres, el aire de la sociedad; todo anuncia un extremo de esmero que se contrapone extraordinariamente a la desnudez, ignorancia y rusticidad del populacho", (léase indígenas).

La ciudad de los 3.200 callejones
Guanajuato es realmente un laberinto, con una topografía imposible donde los que la construyeron no pudieron conformar la típica ciudad ajedrezada que tanto gustaba a los urbanistas españoles de aquel momento. Entre cerros no funciona. Y hoy en día es una ciudad sobre otra ciudad sepultada por los lodos que ha producido la erosión del suelo motivada por la deforestación para el trabajo de las minas. Es una ciudad con calles subterráneas con túneles que te llevan a una parte u otra de la ciudad. Un lío para el que no es de aquí. Guanajuato es hermosa, es padre, muy bien cuidada, da gusto pasear sus calles, sentarse bajo sus árboles, tomar algo en alguno de sus innumerables cafés. En la actualidad está concebida para el turismo y para los numerosos estudiantes de español que la visitan. Sus calles son angostas, sus paredes cuidadas y llenas de color, no están permitidos los luminosos y todo ello le da un aspecto de vivir en otro tiempo. Además toda ella está sembrada de estrechos callejones que ascienden hacia los cerros. Imposibles de contar. Infinitas escaleras que suben al cielo que se contraponen a los cientos de galerías que horadan su subsuelo. Cielo e infierno. Cielo al que se dirigían los angelitos muertos en el infierno, de plata, eso sí.

P.d. A partir de ahora intentaré utilizar todos los americanismos posibles, como homenaje a la riqueza del español y dedicado a todos los hermanos latinos: porque ésta también es su lengua. ¡A ver si sé, ándale!

4 comentarios:

Jorge Bonilla dijo...

Mi tardanza en publicar se ha debido a un ataque de lumbago y a un par de días de migraña. Mala salud, mal humor, y con mal humor, ni fotos, ni textos. Ya estoy bueno, gracias.

Anónimo dijo...

Hola Jorge:

celebro que hayas vuelto a estar "entero" y que nos hayas regalado esta oda a América (la hermanita de las odas elementales de Neruda ), y su historia de la que no tenemos la culpa pero somos algo así como un resultado. Celebro también que camines por las huellas de Alexander von Humboldt, y celebro que tengas tanta curiosidad de descubridor y que sobre todo tengas corazón y lo demuestras por la manera de describir todo lo que ves, oyes, sientes.

un gran abrazo y cuídate y salúdame al Continente LatinoAmericano y sus gentes.
¿quieres alguna referencia de Nicaragua? Tengo amigos nicas en León.

Birgit

Jorge Bonilla dijo...

Gracias Birgit. De hecho mi viaje comenzó hace un año en Nicaragua.

Anónimo dijo...
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