martes, 10 de julio de 2007

México DF 3, sin tiempo para reflexionar

En DF me ha pasado que no he tenido tiempo para sentarme, para observar sentado. En DF todo ha sido demasiado ajetreo, el Centro, donde yo vivía, era por el día un espacio intransitable –el mayor bullicio que jamás haya visto, no había un lugar donde apoyarse– y por la noche, el vacío –frío, oscuro, siniestro–. El día y la noche. En otras colonias, las terrazas de los cafés ocupan estrechas aceras pegadas a los carros. En DF siempre tenía algo que hacer, de aquí para allá. 10 km hasta la casa de Frida Kalho; 20 km hasta el embarcadero de Xochimilco, con dos transbordos y final en taxi; 40 km hasta las pirámides de Teotihuacan. Metro –rápido, limpio y barato–, taxis –bochos (escarabajos) de otra época–, colectivos (autobuses urbanos), llegan a todas partes. DF ha sido una borrachera de imágenes, arte, cultura y monumentos. Sin tiempo para asimilar, sin la distancia necesaria para la reflexión de todo lo que estaba ocurriendo a mi alrededor.
Estresado por el ritmo de la ciudad, preocupado porque no se me ocurría nada que escribir. Nervioso por no encontrar el tono a mis crónicas. En algunos momentos angustiado "se me ha acabado el rollo" me decía a mi mismo y ese proceso me llevaba a seguir chutándome de nuevas emociones que me dejaban vacío. Error, gran error. Mis lectores-as lo han notado y me ha dolido, porque tienen razón. La última crónica, la de "México cultura… tradicional" me parece horrorosa. De alguna forma no soy yo

Frida Kahlo, ella sí que es una Diosa
O Virgen, iluminada; o hija de la gran chingada, para la derechona de su tiempo, era comunista. Eso sí, no era Santa, los humanos no lo somos. Con ansia de vivir "Viva la vida" , apuntaba en sus lienzos. Deseando la muerte, postrada, sin poder andar. Ella sí que hizo milagros: dejar a los mexicanos un rico patrimonio, vestirse de indígena rodeada de blanquitos; ser bella sin serlo… y pintar, sobretodo pintar. Reflejar en sus cuadros su dolor, sus pesares. No pintaba sus sueños, pintaba su propia realidad. Ella, espejo de su mundo. Independiente, rebelde, apasionada y sensual. Comenzó porque se aburría de estar tumbada atacada por la polio y por un accidente que le destrozó la columna, el cuello y la pelvis (aguanto 32 operaciones en su vida).
Estuve en su casa, La Casa Azul, el día que sus compañeros de partido la homenajeaban por su cien natalicio. Todos abuelitos. Había también jóvenes ataviadas al estilo Frida y unas decenas de admiradores. Allí leí sus poemas, sus cartas de amor. Allí se me saltaron las lágrimas ante la fuerza de una mujer destrozada con tantas ganas de vivir. ¿Sabré imitarla, yo que me derrumbo ante cualquier contratiempo? Estuve en la exposición del Palacio de Bellas Artes, éramos cientos, hoy son 100 mil. Hoy todo México está volcado por su verdadera Emperatriz. No hay otra. Lo demás son cuentos chinos, perdón, cristianos.

A la opinión pública
"Los campesinos del Movimiento de los 400 Pueblos que fuimos despojados de 2.000 hectáreas y privados ilegalmente de nuestra libertad por el Senador Dante Delgado Rannauro cuando él se desempeño como gobernador interino de Veracruz, hemos esperado por más de dos meses aquí en la ciudad de México que el Senado de la República de respuesta a nuestra petición de que intervenga para que se investiguen estos hechos.
El Senado ha asumido una actitud de proteger al ex-gobernícola Dante Delgado lo que nos obliga a manifestarnos indefinidamente en cualquier lugar que él pueda estar, hasta que logremos que reciba castigo."
Movimiento de los 400 Pueblos. Julio del 2007

Donde comer en la calle es una obligación.
El otro día os contaba que quizá en el mercado de Guadalajara se encontrase el mayor restaurante del mundo, y puede ser cierto si un mercado se convierte en decenas de lugares para comer, pero lo de la capital es diferente, aquí es la calle, las vías públicas que se convierten desde primeras horas del día en un comedor, en una insuperable casa de comidas. Incomparable. Si no lo ves no lo crees, cada día son decenas de miles de personas, y no exagero, que ejercen ese placentero menester en las aceras de la ciudad, o en una plaza, o en un parque, o sencillamente donde haya espacio y posibilidad de conseguir clientela. Hombres y mujeres. Niños, jóvenes y adultos. Blancos, mestizos e indígenas. Aquí no se discrimina a nadie, se trata de comer. Allá por donde vayas, salvo en las zonas fresa (pijas) encontrarás algún puesto donde disfrutar unos elotes(mazorcas de maíz) unos tacos o cualquier plato de la sabrosa cocina mejicana. En un principio pensé que sólo era el Centro, pero desde el autobús pude observar que esa costumbre se ejerce en toda la ciudad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz"
(Frida Kahlo, diarios)

http://www.geocities.com/Athens/Forum/1060/fridadiario.html

(página sólo recomendada para los que reconocen su lado "kitsch")

Anónimo dijo...

Hola Jorge,

estoy mirando las fotos y tus descripciones de Mexico- DF. Y estoy encantada de poder compartir todas estas impresiones. que no es lo mismo vivirlo en la propia carne, pero consigues acercarnóslo a través de tu mirada, de tus sensaciones y tu manera de escoger las palabras para describirlo.
Por lo del artículo anterior: a mí me parece muy humano y por lo tanto muy aceptable si de vez en cuando dejamos de ser extraordinarios y superoriginales. ¿Cómo, si no, podríamos apreciar lo superoriginal y extraordinario?

Birgit

Jorge Bonilla dijo...

Lo que no me gusta, Birgit, es la parte artistico-cultural. No tiene chicha, pero como tú dices no siempre podemos ser originales. Besos.