miércoles, 28 de noviembre de 2007

El abc de Venezuela o 22 días no dan para completar el abecedario

De nuevo abro estas páginas a mis amigos/as, en este caso a Marion, compañera de mil viajes y gran amiga. Durante este trayecto por la Panamericana ella cuida mi casa en Madrid, España y me salva de los marrones que ocasionalmente ocurren por aquellas tierras. Estaba loca por escribir y hacer fotos. Aquí está su pequeño diccionario venezolano.

a de avión
aparte de algunos españoles y de mí, en el avión van sobre todo venezolanos. Quizás porque es noviembre y no es época de vacaciones o quizás porque Venezuela no sea un destino muy turístico. Los turistas más vistos: los suecos. Los ¨Aussteiger¨(los que vinieron de vacaciones y se quedaron) más vistos: los suizos. Uno de cada siete suizos vive en el extranjero, nos cuenta Max, el cocinero suizo del Bubulina´s en Cumaná.

a de arrivar y alegría
nada más entrar en el edificio del aeropuerto, Venezuela da la bienvenida: Patria, socialismo ...ó muerte. Nada más salir del aeropuerto de Maquetia (amplio, moderno, limpio ... todo lo contrario de lo que me habían contado), allí está George, qué emoción, qué alegría. Llevaba 7 meses sin verle, eso no había pasado desde hace 22 años.

a de agua
el elemento que define Venezuela. No sólo por el infinito mar del Caribe, las humedas nubes coronando las cimas de los montes tropicales, los incontables ríos pequeños y grandes, de un espeso color turbio todos, por el sinfín de saltos y cascadas, por la lluvia, que a pesar de estar en noviembre, cae casi a diario, sino también por los grandes chorros de sudor que bañan el cuerpo continuamente. De hecho, en Canaima, ya tenía la impresión de estar convirtiéndome en un anfibio.

a de Ara
uno de los 1360 especies de aves que hay por estas tierras. Del ara mismo hay diferentes tipos, todos son bellísimos, parecen sacados de un anuncio de helados. Me hice especial amiga de uno, de precioso plumaje amarillo y azul, en el Turpial de Puerto Colombia. Aquí se llaman guacamayos.

b de belleza
el culto a la belleza es obvio y tangible en un país, del que proceden 5 ¨Miss Mundo¨. De eso no sólo habla el grosor de las páginas amarillas de Caracas dedicados a la sección ¨belleza¨ (sólo superado por la sección de ¨automóviles¨). A cada rato, ya sea en el metro de Caracas o en una buseta en el rincón más remoto ves a una mujer pintándose. Le dernier cri: hacer de sus uñas auténticas obras de arte ornamental ¨en miniature¨. Cada sábado dedica dos horas a sus uñas, nos contó la amiga Y., a la que cariñosamente otorgo el título de Miss Mérida.

b de birra
también llamada fría. La cerveza, a pesar de la inmensa oferta de alcoholes que se ofrecen en las licorerías (que hay en cada esquina), parece ser la bebida alcohólica más consumida en el caribe venezolano. Mi preferida: La Polar Ice. Se venden en botellas pequeñas, de un quinto, para que no se calienten. Nuestro récord: diez botellines (5 cada uno), el día de Playa Grande (Puerto Colombia).

b de beach
en las ¨holidays", como no, de ¨beaching¨ va la cosa. Actividad irresistible en un país con 2.813 km de costa. Recuerdo que las niñas (Klärchen y la Lau) dijeron que las playas son sólo agua, arena y palmeras. No les quito la razón. Pero de las que he visto, cada una era distinta: El color de la arena y del agua, la gente, la ausencia de gente, los chiringuitos (caña, madera, concreto, cartón y zinc), los vendedores ambulantes,la inclinación de las cocoteras, los barquitos, las aves ...

b de buseta
ésos minibuses son auténticos ¨oldtimers¨ americanos de los años 70 y 80, pintados de todos los colores del arcoiris, y decorados por dentro con gran esmero en el más sofisticado estilo ¨kitsch caribeño¨, aderezado con imágenes de vírgenes locales.

b de boys
lo siento, chicas, (y más lo siento por mí), no he visto nada lo suficientemente espectacular como para dedicarles más de una linea. Tienen tendencia a ser cachas, por lo demás, son tranquilos, incluso algo secos y bastante parcos en palabras. Todo lo contrario del estereotipo latino, "demasiado vagos para hablar", puntualizó Rita, la suiza, del Villa Nirwana en Playa Colorada.

c de Caribe
o la ¨insorportable lentitud del ser¨. El tiempo aquí no es algo abstracto, es palpable, tocable, hasta tiene sabor. Es espeso, como el sirope de azúcar de caña. El tiempo aquí no pasa. Apenas se mueve. Como el suave oleaje del mar, como el vaivén de una hamaca. Ese estado de relajación que tenemos que aprender en interminables sesiones de yoga, aquí, simplemente, existe.

c de Caripe (que no es lo mismo que Caribe)
ya lejos del caribe. Lejos de todo. Un pueblo enclavado entre verdes montañas. Tres calles horizontales y tres calles verticales. Tranquilo y sosegado. Con todos los Ford Pick-ups (destartalados e hiper-modernos) me acordaba a Sisely (dóctor en Alaska), sólo que en su variante tropical. Hortalizas y café. Incluso se respiraba cierto aire a trajín. Un trajín muy leeeeento, por supuesto.

c de colores
el color de Venezuela, sin duda, es el verde. Montañas y valles, sabanas y costas: es el predominante. Es un verde oscuro, brillante, jugoso, exuberante. Verde oliva, suave, aterciopelado, mezclándose con tonos ocres y rojos. Del verde, la gama entera.
En sus gentes, en sus pieles, un abanico que abarca todos los matices de tez posibles, desde el blanco leche hasta el negro betún.

c de Chávez
ya sabemos que nadie le hace callar. El polémico presidente está en la boca de todos. En pro o en contra. Divide mesas de amigos, familias, al país entero. Eso sí, discutiendo de política, los venezolanos abandonan su flema y sacan el temperamento latino. Discutir sobre Chávez con dos señoras de Maracaibo a las dos y media de la madrugada en un alto del autobús nocturno, eso ya me pareció ¨too much of Hugo¨.

c de Casanova del Caribe
nombre honorífico de mi entrañable compañero de viaje. Se lo merece, lo sabe él, yo y algunas más. ¿Seguirá la misma racha en la cordillera andina? Claro que sí, buena suerte. ¡Me lo he pasado chévere contigo, chamo!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Marion, que lindo describes mi país, que placer haberte conocido en Puerto Colombia. De mi parte espero poder recibirte en Mérida algún dìa, para que conozcas otro tipo de montañas las más altas. Un abrazo. Comparto completamente lo de casanova... a ver, a donde va ahora el chamo J.A.

Marion dijo...

Hola, Yuly, un placer saludarte en este blog del chamo casanova, recordando los placenteros días que pasamos juntos. Sí, me hablaste de Morrocoy, de Mérida ... en 22 días sólo he podido ver un atisbo de este gran país vuestro. Ya sabes también, Yuly, que estás bienvenida aqui en España en general y en Madrid en especial. (Y lástima que no tengas días libres en la Navidad, porque Arequipa es un lugar bello y sus personas bellísimas). Mucha suerte y calma (para el domingo y los demás días), y un fuerte abrazo. Marion

Anónimo dijo...

Mi querida Marion !Que alegría!verte por fín en el blog.Tú tan alemana y cómo te expresas en nuestro idioma, es envidiable.Qué pena que ya te vuelvas le darías ese puntito "femenino"a este hermoso viaje.Te quiero preciosa

Anónimo dijo...

Quiero la d, la e, la f, la g...Me ha gustado mucho este diccionario venezolano... ¡Resulta que hemos descubierto a otra gran bloguera de viajes!
Y estoy de acuerdo con Lur. ¡Qué cabrona! ¿cómo es posible que te expreses así de bien en castellano?. No quiero ni pensar cómo escribes en alemán...

Anónimo dijo...

Soy Mercedes, amiga de Lur. Te voy siguiendo desde Cuéllar, pero no desde el principio. Aún no entiendo muy bien esto del blog, aunque me parece una bonita forma de compartir tu estupenda experiencia, que ya me gustaría a mí tenerla también. Quizá lo haga pronto por algunos lugares de Sudamérica. Me ha encantado lo que le has escrito a Marion, ya sabes, sensibilidad femenina, casi lloro. He intentado mandarte otros comentarios pero algo falla en el envío, a ver si hay suerte y sale este. Igual en enero o febrero estoy por Argentina, a lo mejor hasta podemos coincidir en algún punto. Sigue disfrutando y haciéndonos disfrutar