lunes, 31 de marzo de 2008

Península de Valdés, un riconcito para la humanidad

Después de pasar semanas en hoteles llenos de público llegué a un lugar donde era el único huésped, al menos los primeros días. Me entusiasmo. Tanto, que me quedé un par de jornadas más de lo pensado. Los kilómetros pesan y me tomo los destinos con más tranquilidad, sin prisa, deseo acabar este blog con el viaje, que mi regreso a España coincida con el punto final, aunque es muy probable que añada algunos apéndices, son tantas las cosas que se quedan en el tintero. Fue en Puerto Madryn, en la Península de Valdés, a 1.500 km de Buenos Aires, rumbo al Norte.

¿Ciudad o pueblo?
Al llegar a este destino tienes dos posibilidades, o quedarte en Puerto Madryn –ciudad de veraneo y con inmensas playas pedregosas.; el agua ni lo probé, tampoco nadie se bañaba, la temporada ya ha pasado. Lugar moderno, con detalles en arquitectura, rica repostería y bonitos bares. Larga costanera, cuidada para pasear– o acercarte a Puerto Pirámides, donde los barcos son traídos en tractor a tierra , más intimista, más cercana a la naturaleza, ideal para ir en pareja o para reencontrarse. Me quedé en el primero, por una cuestión de conexión, me dijeron que en Pirámides no había Wifi. Mentira, luego pude comprobar que sí había. Pero me lo pasé bien con los madrinenses en la Posada del Catalejo.

¿Quién no conoce esta forma?
Es eterna, todos la hemos visto decenas de veces, los que tiene hijos más, cuando eran niños y al ser padres. Vuestros hijos lo reconocerán antes que vosotros, es una cuestión de cercanía, de unos ojos más limpios. Es la forma lo que importa. Por aquí estuvo un piloto, francés, transportando el correo entre las regiones e inmortalizo esta pequeña isla llamada Pájaros dándole otro contenido: una serpiente con un elefante en su interior, ¿o era un sombrero? Efectivamente, Antoine de Saint-Exupéry en El Principito. Eso cuentan…

Un riconcito de la humanidad
Pues esta isla se divisa desde Península Valdés, un riconcito lindo, unido por un estrecho istmo al continente y con gran variedad de fauna, marítima. No sé si conocéis un documental de National Geografic sobre orcas en el que una de ellas se arrastra playa arriba para cazar una cría de lobo de mar y se la zampa. Pues fui a ver lo mismo. Había un 5% de posibilidades de coincidir, y no ocurrió. No vi a las mal llamada ballenas asesinas. Se buscan la vida.

No obstante pude disfrutar de los enormes elefantes de mar, unas bestias pesadas superiores a 5 m, los repetidos lobos marinos, que me han acompañado desde Chile por todo lo que es la costa; una pequeña comunidad de pingüinos magallanes, armadillos y algunos bichos más. En el invierno austral es seguro ver a las ballenas francas pariendo y alimentando a sus crías. Debe ser un espectáculo precioso, yo las vi por vídeo.

Los argentinos deberían ser excomulgados en bloque
Por su afición a la carne, por la falta de respeto que tienen a la Biblia, por la cosa esa del ayuno, porque hay ciertos momentos en la vida en los que hay que comer pescado, porque no todo es carne y la carne lo es todo en Argentina. Exquisita, los mejores cortes, unas parrilladas de espanto, de siesta, el hambre ya te entra paseando cuando sientes a lo lejos el humo de un asador. Carne, pura carne. Lomo, Bifé… El asado de tira, a pesar o por su grasa es especialmente sabroso y es muy triste, tristísimo no poderse comer esa porción de colesterol, porque sabe de muerte, pero desde que ingresé en el frió austral como más y me estoy poniendo cebón –¡que van a decir las chicas de mi!– e intento cortarme, pero me cuesta, me cuesta.

Israelíes hasta en la sopa
Argentina está repleta de turismo juvenil israelí, más joven que el que encontré en Panamá, suelen ir en grupos mixtos o muchas chicas de a dos, con unas mochilas inmensas, tanto hombres como mujeres, a ellas a menudo no se las ve. Están en forma, la mayoría acaban de realizar el servicio militar (ellas dos años, ellos 3) y disponen de unos meses de inactividad hasta que empiecen la Universidad o una actividad laboral. Su vestuario no difiere en nada del occidental. La moda es la misma. Cuando comen rezan con una servilleta de papel como kippa sobre la cabeza. Se dedican a pasear por tierras amigas y la Argentina lo es. No son muy bien considerados, según me cuentan, por ser demasiado peseteros. Poco he charlado con ellos, una pena, mi inglés es fatal. Y aunque defiendo su derecho a un Estado, cada vez que los veo me hago la misma pregunta, cuántos de ellos habrá matado a un palestino.

viernes, 28 de marzo de 2008

Ushuaia, ahora sí

Ayer por la noche en las cataratas de Iguazú conocí a un español de Barbastro, Huesca, que había venido a Ushuaia después de poner en búsquedas de Google "algún lugar en el fin del mundo" Y le salió Ushuaia. Esa es la clave, ese es el eslogan que hace atractiva esta ciudad, la de ser la más sureña del planeta, porque por lo demás Ushuaia, no nos engañemos, es una ciudad cualquiera, no tiene realmente ningún encanto. Es parte de un circuito. Los que están aquí vienen de Bariloche y El Calafate o piensan ir hacia allí, es la ronda sur del turismo en Argentina, la ronda norte serían las cataratas de Iguazú, donde ahora me encuentro, y punto, siendo Buenos Aires el eje central.

Prostitución en Ushuaia
Durante mi estancia en Arequipa leí en una visita al baño un reportaje sobre esa pequeña urbe y que sin embargo conseguía atraer a 180 mil turistas al año, la cosa iba de prostitución y del gran número de locales dedicados a esa actividad laboral. Me dio morbo, aunque no vi ni uno, debí estar ciego, tampoco los busqué… lo que si observe fue: hotel, restaurante, tienda de ropa, recuerdos y agencia de viajes; hotel, restaurante, tienda de ropa, recuerdos y agencia de viajes … y así sucesivamente. Y es que vienen cruceros, y eso sí que es prostitución, se contamina todo. Y eso me supera, no puedo remediarlo, aunque me alegra por la riqueza de los lugareños, pero yo, Jorge Bonilla, no pinto nada en lugares como ese. Me aburren, lo siento. Entro en letargo y en lugar de hacer de los problemas virtudes y divertirme me apago. No me gustaría ser así, pero no puedo evitarlo. Entonces toda actividad que realizo se ve contaminada por una sensación extraña, incómoda, ya sea recorrer el Canal de Beagle en un hipermoderno catamarán o subir a un glaciar en una aerosilla (telesilla) y después a pata. Y lo peor de todo es que me aíslo y no me apetece el contacto con nadie aunque es cuando más lo preciso… me pongo tierno y mimoso: no busco prostitución.

¿De dónde es uno?
De dónde se nace o de dónde se hace. Siempre que me preguntan de dónde soy tengo la misma tesitura, cuándo me preguntan dónde vivo es fácil, Madrid y punto, pero el de dónde soy, es diferente, me cuesta… entonces explico que de una pequeña ciudad al norte de España entre el País Vasco y Madrid. Burgos se llama. No me siento burgalés, ni defiendo sus valores, pero me siento de esa ciudad. Hay una diferencia. Creo que somos de donde hemos vivido nuestra adolescencia, la edad del pavo, el primer beso… cuando nos empezamos a separar del hogar familiar y somos capaces de descubrir nuevas calles, antes prohibidas. Y eso me ocurrió en Burgos, para bien o para mal. Salí con 18 años rumbo a Salamanca a estudiar y desde entonces sólo voy de visita. Hoy vivo en Madrid y me encanta Madrid, durante 6 años lo hice en Münster, aquellos maravillosos años, mañana puedo vivir en Nicaragua y sentirme Nica. Y sin embargo si dentro de 10 años alguien me pregunta en Centroamérica de dónde vengo seguro que diré que de Burgos, una pequeña ciud…

El psicoanalisis argentino, una cuestión de aires
Es una de esas preguntas que tenía en mi agenda mental y que me hubiese gustado responderme durante mi trayecto por esta parte del cono sur, por qué esa cosa de argentinos y psicoanálisis, en una sociedad que siempre ha querido ser primer mundo y que nunca lo ha logrado, ¿o es por eso? Para qué el psicoanalisis en la Patagonia, cuando todos lo problemas de allí son derivados del viento, ¿lo tuvo en cuenta Freud a la hora de lanzar sus teorías?, seguro que no, de lo contrario hubiese escrito al menos un apéndice al respecto. Fuera de bromas. Os prometo que me gustaría saber, descubrir por mi mismo por qué esa afición porteña, principalmente, por una teoría nacida en Europa, en un país pequeño, Austria, bastante endogámico, metido entre montañas y de religión protestante tiene tanto efecto en uno americano del sur, lleno de gallegos e italianos del sur, enorme, plano a más no poder y encima católico. A ver, a ver, quién responde a esto.

Pd: No hagaís mucho caso de esta entrada, estoy en plan pesimista-negativo y mi cabeza está saturada de paisajes, espacios y kilómetros. Seguro que si venís os encanta y os parece mágico todo, además seguro que con nieve es mejor, mas auténtico.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Río Gallegos, rumbo al Atlántico

De Oeste al Este. De El Calafate a Río Gallegos, 320 km de pura estepa. Sin árboles, únicamente hierba, amarilla, peinada por el viento, ovejas pastando, ñandús que huyen ante los ruidos de motor y guanacos que miran pero que no se espantan. Última estación antes de Ushuaia, me acerqué allí para ver de cerca a los pingüinos, los tuve a mis pies.

Río Gallegos, de dónde vendrá el nombre
No llegué a saber por qué se llama así, supongo que por los primeros colonos. Edificios modernos, calles amplias, costanera pavimentada e inhóspita, no pasea ni dios. Casa de España, Banco o Caja de Galicia y restaurante El Hórreo. Población joven, apenas hay abuelos, actualmente en crecimiento debido a la explotación del gas y del petróleo. El Estado construye viviendas casi gratis para atraer población. No tiene más. Es una estación intermedia para ir a tres de los puntos cardinales, al Este, sólo el Atlántico.

Universo de ovejas solitarias
La oveja cuando muerde la hierba no solamente la corta para comérsela sino que arranca literalmente la mata de la tierra. Y eso es un problema. Hace años, a principios de la colonización ovina, esquilmaron la tierra, pusieron demasiadas ovejas por hectárea y se quedaron sin pasto. Arrasaron la ya dura tierra patagónica, donde había sotobosque lo incendiaron para pasto. Todo por el pasto. Hoy no caben más de una o dos ovejas por km2. No hay pasto y estamos hablando de una extensión superior a España y Portugal juntos. Los borregos no corren en rebaños como en nuestra tierra, se mueven libremente por áreas delimitadas y en pequeños grupos, no hay pastores, un gaucho solo las irá a buscar cuando llegue el momento de esquilar. Uno bueno 200 al día, ¡Toma ya!

El Cóndor lejos de los Andes
Desde Río Gallegos hasta Cabo Vírgenes donde se encuentran los pingüinos, son 90 km de ripio (pista) lleno de baches, cantos que revientan los parabrisas y torturada por un viento helador. Casi todo el trayecto se encuentra dentro de una estancia, una gran finca, 200.000 hectáreas pertenecientes a la familia Benetton –el mayor propietario de tierras del país, con 930.000 hectáreas en exclusiva–, la Estancia Cóndor, donde comparten territorio ovejas (del modista) y pozos petrolíferos (del Estado argentino). A lo lejos la estancia, el casco (residencia del terrateniente), los barracones y los galpones de esquila, verdadero centro de las fincas dado que es donde se extrae la lana. Desde hace unos años no hay una sola tienda Benetton en Argentina y los mapuches le reclaman terrenos robados.

Chimeneas patagónicas
Así son, da igual el material de combustión, su forma de hache está estudiada para que no se forme vacío ante los vientos feroces de este territorio, de lo contrario todo el humo producido regresaría al interior. Se las puede ver tanto para calefacciones individuales (véase la foto) como generales sobre los tejados.

Pingüinos de aguas calientes
Ya tenía ganas de verlos. Tan míticos, tan graciosos, tan únicos. Ya no se asustan de la presencia humana, aunque algunos precavidos se alejan unos pasos. Sólo se ven en el Hemisferio Sur. Los que aquí habitan se llaman Magallanes, una especie que no vive en el hielo, hay pingüinos a los que les gustan las aguas calientes y cuando llega el invierno austral suben hasta Brasil. Y toda la vida pensando que sólo pisaban hielo, ay ignorante de mi! No es la única especie. En Cabo Vírgenes, donde estoy, hay una gran comunidad, la mayor de la Argentina llevan 20 días sin comer, escuálidos, sin meterse al agua. Están cambiando el pelaje, como cada año, que les permitirá poder nadar sin mojarse. Los jóvenes ya han salido rumbo al Norte, quedan los adultos que en tres semanas abandonarán estas frías latitudes, en seis meses volverán, subirán la playa y se internarán en el campo, reconocerán sus nidos oradados en las matas y parirán. El ciclo de la vida.

domingo, 23 de marzo de 2008

Fitz Roy, la montaña humeante

El día más duro de mi viaje, la mayor paliza. Una caminata de 8 horas. Hasta la base del Fitz Roy, dejé el alma, pero para ello había venido. El día anterior llegué al pueblo, El Chaltén, la población más joven de Argentina, nació en octubre del 85, no tiene ni veinte años, ni calles, ni aceras, pero crece. El turismo es su única fuente de riqueza. Y crece. Mochileros, excursionistas, caminantes. Todas las lenguas. El término a usar es: trekking. A la entrada del pueblo un guardabosques con cara de ángel nos instruyó en las maravillas del Parque Nacional y en las prohibiciones que imperaban.

ZP-MR, inaudiiito, ejemplaaar. Copiéeemoslo!
Me aposenté en un Hostel. Todo madera, albergue de montaña. Repleto. Habitación compartida, una británica y una pareja francesa, ella de origen oriental. Me instalé, miré el correo –lento y caro– y salí a dar un paseo, una cervecita casera, un par de compras y ver despegar a los helicópteros del ejercito. Vuelta a la residencia, editar fotos y verme por satélite el debate ZP-MR. Aburrido, aunque para la TV argentina era un hecho inaudito, ejemplar, tenso, exportable a su país y digno del Primer Mundo. Cené pasta, conversé diez minutos con un español y me acosté pronto, me esperaba una dura jornada.

Caminata a contra reloj
Desayuné, me fumé un par de cigarrillos, compré avituallamiento de excursionista: bocata, una fruta y botellín de agua. A las 9.15 estaba en marcha, amanecía, aunque al sol, escondido, todavía no era visible. La luz, azul. No se distinguían nubes. Equipado para calor y frío, es montaña. Tenía 9 horas para subir, ver, bajar, tomar un refrigerío y pillar el bus de vuelta a El Calafate. Muy justo, las guías, folletos y personal hablaban de 8 horas, es la medida. Subí cómodo, sudé e incluso aceleré…hasta el último kilómetro y medio, allí reventé, como todos, adelanté varios cuerpos, paradas constantes, tomar aire y traguito de agua. Hora y media para acabar con el más deportista. Un inclinación feroz y un firme inestable. Subí en zig zag para facilitar en ascenso, aún así dejé los pulmones. Había que seguir y además no me podía parar, sólo contaba con una hora para disfrutar de descanso y la necesitaba para la meta: la base del Fitz. Los que bajaban te daban ánimo, ya sólo media hora…, sólo 15 minutos… Llegué, me desvestí, puse a secar la ropa sudada y me puse seca para no resfriarme. Comí, me hice algunas autofocus y todas tenían algún defecto para no ser merecedoras de aparecer en este blog (gran mosqueo posterior). Un par de pitillos, ha pasado una hora, para abajo.

Bajada espídica. Voy justo de agua, ya me he bebido las dos botellas que llevaba. ¡No olvidar recoger en los riachuelos! Emprendo lo bajada, tengo algo menos de cuatro horas para llegar, lo tengo que hacer en tres. Bajar cansa más que subir, las piernas las destroza la pendiente y los meniscos se quedan bastante afectados. Para subir se necesitan pulmones, para bajar piernas. Fui deprisa, no paré en dos horas, a buen ritmo, un tipo le dio por perseguirme, quería cogerme (alcanzarme). No cambié de ritmo y lo reventé, a los 10 minutos llegó a mi pausa de pitillo, él se tumbo, descompuesto y se durmió.
Las piernas me dolían. Un par de ejercicios de estiramiento y a seguir, no podía parar. Poca agua, había vuelto a consumir la que llevaba. Me encontraba con otros excursionistas que emprendían el ascenso, algunos con mochilas más grandes que ellos mismos. Vienen a acampar. Adelantaba a otros que había visto en la cumbre. Divisé el pueblo, miré el reloj eran las 17 h., apenas me quedaba una hora para el bus. En el bar del Hostel me tome dos cervecitas muy frías, acabé piripi. Me dolía todo, cada vez que me levantaba, sentía mi cuerpo cascado. Me cambié de ropa. subí al colectivo, me coloqué el ipod, tumbé mi asiento y me dormí, hasta El Calafate, tres horas después. Al día siguiente me dolía todo…

La meta, un desquite
Lo conseguí, vi el Fitz Roy de cerca, me desquité del mal día de las Torres del Paine, fue una jornada espléndida, de las que gustan a los montañeros, con sol, pero sin calor excesivo, máxima visibilidad, raro en esta zona –El Chaltén significa en lengua ahónikenk montaña humeante debido a las constantes nubes que rodean la cumbre–. El objetivo está allí y no le pierdes de vista, te conduce, te dirige el camino. La montaña va creciendo, se va haciendo enorme y ese es el impulso, el magnetismo de los grandes riscos, cuando han conseguido inocularte su magia, su lujuria, te vas acercando a ellos y te van mostrando su poderío, su fuerza. Son un imán y alcanzarlo un reto. Conseguido.

viernes, 21 de marzo de 2008

¡Che, La Argentinaaa!

Esteeee. Estoy en ruta viajera, con gran movimiento entre Chile y Argentina, excursiones que se organizan en un país y te llevan a otro, y al revés. El intercambio es constante, pero apenas de ciudadanos autóctonos, el movimiento es principalmente guiri, mochileros y jubilados. Buscamos maravillas, exotismo y esta región del mundo lo ofrece, sin lugar a dudas. Porque entre la tristeza de los paisajes patagónicos, pura estepa, pura pampa, están los Andes, frontera natural entre los dos países, que esconden algunos cerros magníficos y lo que se puede considerar una de las mayores reservas de agua potable del mundo: los glaciares. Estoy en el Campo de Hielo Patagónico Sur.

El Calafate, Argentina descubre el turismo
Esteeee. El Calafate, hosterías, hostels, apartamentos, cabañas, restaurantes, tascas, asadores, parrilladas. Cordero patagónico. Dulce, chocolates. Cafés. Tiendas, artesanías y ropa. Mucha ropa, muchas tiendas. Eso es El Calafate, la ciudad más floreciente de la reciente Argentina. Nuevas construcciones, por todos lados. Y una gran Avenida, dónde se concentra el movimiento guiri. Arriba y abajo. Ha pasado de tener 6.000 hab. hace 7 años a tener actualmente 17.000. Y sigue creciendo.

Hambre de tarjetas
Esteeee. Me volvió a ocurrir, me dejé la tarjeta en el cajero. El tiempo que transcurre entre que te da el dinero y el que te pregunta si deseas realizar alguna operación más, es demasiado largo y hasta que lo aprendo me la suelo olvidar, algunas con tan mala fortuna que las pierdo. Seis llevo consumidas, cuatro de débito y dos de crédito Afortunadamente la conexión con la Caixa en España ha funcionado a la perfección y Henar RB se lo ha currado conmigo. Email, dar de baja, de alta y nueva solicitud. Gracias H. Y las visitas de la Península durante este viaje han alimentado mi hambre tarjetero.

Patagonia esteparia
Esteeee. Ni loco viviría aquí. Sería como… como condenarme a sufrir de por vida. El aire es insoportable. Ojo, hablo yo, a otros les puede parecer el paraíso, pero esos vientos… la falta absoluta de arbolado, La belleza patagónica es un mito que se circunda a la parte andina del la Argentina sur, lo demás es un puro secarral, repleto de ovejas. Las grandes zonas esteparias que he recorrido, la monotonía del paisaje, esteeee, es muy duro. A lo lejos alguna estancia (rancho, cortijo). Kilómetros y kilómetros de pampa, puro páramo. El desierto gana terreno. Las gentes que viven allá deben ser de una forja especial. Les admiro. Quien venga a la Patagonia a descansar que se olvide, aquí se viene a andar, o vienes para darte caminatas en las zonas montañosas y/o en las marítimas para ver bichos, o definitivamente te refugias en casa del viento.

Perito Moreno… un flipe
El 10 % de la esfera terrestre es hielo. La Naturaleza se ha vuelto a transformar. Se ha vestido de hielo, puro hielo; un paisaje conformado por una masa inmensa de agua blanquiazul, el hielo no es blanco, ni transparente; una lengua inmensa, cuya profundidad se pierde en el horizonte descendiendo imparable, arrasa todo lo que encuentra en su camino. Es un glaciar. Hielo, no nieve, puro hielo que avanza 2 m al día –el Perito es uno de los pocos que avanzan y no retroceden–, es un flipe. Observar como se derrumban bloques de 60 m (20 pisos), toneladas de hielo que se disuelven en el agua y al mismo tiempo no es nada ante la grandeza del glaciar, es un flipe muy gordo. Oir, escuchar el estrepitoso ruido –asusta– que se crea cuando se desprende algún bloque es otro flipe, mayor si cabe, porque desconoces ese crack de la naturaleza. El pequeño tsunami que se crea tras el choque es otro flipe. Sus cinco km de ancho hacen imposible abarcarlo con la vista, sólo desde lejos puedes apreciar su hermosura, el romanticismo del lugar. De cerca… la belleza es otra, es más agresiva, más impactante, más lisergico.

miércoles, 19 de marzo de 2008

¿Qué pasó con Mi Negra?

Hoy, Nayda, la becada. La llamé hace un mes por su cumple, en su casa nadie la felicitó, salvo su padre, ni su madrastra, ni sus hermanastros. No lo había hecho desde diciembre, donde le comuniqué que el dinero prometido para enero –resto de lo recaudado en septiembre más el resto de la beca, $400 – se lo adelantaba para que se pudiese comprar algún regalo para ella y para Anahí, su hija. Eran las navidades!, lo agradeció. A finales de Enero se comunicó una vez conmigo para darme buenas y malas noticias: la buena, que comenzaba a estudiar el curso preparatorio para la Uni, quiere ser enfermera; la mala, que Anahí tuvo que ser ingresada por tercera vez a causa de una neumonía y que ella sufría de hemorragias postmenstruales. Las dos cosas se llevaron la plata que le envié.

Graduación como bachiller
Me encanta esta foto. Tiene tanta información que parece viva. A pesar de estar quemada y ser una mala imagen. La recibí hace un par de días desde Nicaragua y corresponde a su graduación como bachiller a principios de diciembre del 2007. Sí, tres meses ha tardado en llegar todo el material a mis manos. Allí es tradición graduarse así, disfrazado, se dejó un montón de plata en el papeleo, un anillo conmemorativo y el vestuario –birrete, toga y cinta–, que apenas vemos, por el flashazo. La parte roja tampoco sabemos lo qué es, posiblemente el vestido que lleva debajo que se le ha desajustado. Ella se da cuenta y se siente fatal.
La inocencia. Nayda está acojonada, sus ojos perdidos, cuello tenso, hombros hacia dentro, sus manos literalmente se sujetan en la toga, y sus pies, que me decís de sus pies, el derecho ligeramente metido hacia adentro y sin apenas tocar el suelo, no-sea-que-se-rompa, el suelo. Lleva reloj, no se lo había visto anteriormente. ¿Un regalo?, ¡No! Se lo habrá comprado ella, nunca ha tenido un regalo. No se siente cómoda, aunque es importantísimo ese paso dado en su vida, pero al mismo tiempo se siente perdida. Quiere que ese momento, al cual estaba invitado y no acudí, pase cuanto antes. Las fotos de la celebració no son mías.
Leed las paredes. Calidad de la enseñanza. V Promoción de Bachilleres. Instituto "no se qué" El Progreso. Escenario, una iglesia. La escuela pertenece a la Morava, la más importante en la Mosquitia; la foto nos da una información interesantísima sobre la calidad de la enseñanza, ¡hay tres faltas de ortografía, acentos a parte: en el lema, "triumfar", una "m" dos veces. Dentro de la filosofía, "exelencia" queriendo expresar "excelencia". Os podéis imaginar cuál es la formación allí impartida. Si la propia escuela comete esas torpezas con el español que no harán los alumnos.

Feliz cumpleaños. Promesa de beca
Hasta ahora Nayda no me ha pedido nada. Quizá sea esa la razón por la que soy generoso con ella. Debido a las buenas notas conseguidas en su graduación le he prometido una beca de 1.000 Córdobas al mes durante sus estudios (unos 50 dólares, no es mucho, la mitad de lo que gana un obrero en las maquilas, pero por ahora no tengo trabajo y no quiero prometer algo que no pueda cumplir), calculo que cuatro años, uno de preparación para la Universidad, tipo COU, y tres para la carrera de enfermería. A cambio le he pedido mucho: trabajo, dedicación, buenas notas e información regular sobre sus estudios. Nada más y nada menos. Le he comunicado también que no tiene ningún compromiso conmigo, es libre, y que espero que encuentre un amor acorde a su edad y a su ternura.
Lo tiene duro, muy duro, porque además de estudiar no puede abandonar las tareas del hogar, incluida su hija. Le he sugerido que hable con su padre y le convenza de la necesidad de una lavadora para que pueda hacer la tarea de la escuela en lugar de gastar tantas horas lavando a mano después de venir de clase. Su padre le ha dicho que no, que no tiene plata. Así que mi adoptada, es lo que es, tiene que seguir lavando a mano y hacer la tarea de la escuela de 9 de la noche, después de acostar a su hija, hasta las 1 de la madrugada, que el cansancio le vence. Lo que peor lleva es la filosofía –qué es eso– y el inglés que lo teme. Se levanta a las cinco, empieza el día… Esta noche no me podía dormir por la puta lavadora, pero he tomado una decisión y me he dormido.