sábado, 1 de septiembre de 2007

La princesa Painkira, la historia de una cenicienta miskita

O la princesa bonita o la princesa miskita. O la perla negra, o la Caribe Chenka o, o,… o sencillamente, Mi Negra. Tantas cosas es, tantas cosas le dije. Me hizo derramar tantas lágrimas en tan poco tiempo… Se llama NJ. Vive en Puerto Cabezas, capital de La Mosquitia nicaragüense. Tiene diez hermanos de las diferentes uniones de sus padres. Con 20 años, su única derecho es una niña, Anahi, de un año recién cumplido. No tiene más. No sale de casa. Es la cenicienta en una cárcel de madera con siete personas. Esta es su tristeza. Esta es su historia. Y quiza la historia de muchas mujeres.

Nació en una comunidad miskita nica cercana a Puerto Cabezas, de la segunda o tercera mujer de su padre –las comunidades no llegan a ser pueblos, son un conjunto de chozas y de ellas está llena La Mosquitia, son de pobreza extrema y donde se encuentran la mayor parte de las inversiones de las ONGs extranjeras–. Sus padres nunca se casaron y él las abandonó a los pocos años de nacer ella. Recuerda con cariño sus primeros pasos en la vida, con su madre y su abuela materna, pero sólo hasta los diez años. Ahí acabó su alegría.

La pérdida de la infancia
Finalizó al morir su abuela, la madre enferma de dengue, dos meses hospitalizada. Tuvo que dejar la escuela y hacerse cargo de un hermano de 5 años, producto de otro matrimonio de su madre, de los quehaceres de la casa y del hombre que en aquellos momentos convivía con su madre. Fue una noche como otra cualquiera, tenía once años, se acostó con su camisola y su short, de pronto notó como alguien le bajaba su pantaloncitos: era la novio de su madre. Gritó, gritó cuanto pudo, su hermano se despertó y acudió en su ayuda, se abrazaron, la bestia huyó. Con los gritos también apareció su tío, vecino de su choza. Salió en busca del pederasta para matarlo, no lo consiguió. Desapareció hasta que la madre recuperó la salud. Ella, yang Painkiraki, se trasladó a vivir a casa de su tía. Allí permaneció varios años.

Mama no me creyó, el fin de la sonrisa
Eso fue lo peor, no el intento de violación, sino el hecho de que su madre no la creyese, que le dijese a yang Taktiki que era una historia inventada. Se acabó la sonrisa. No sirvieron los argumentos de otros familiares, no, su madre creía al violador. Su madre y la tía dejaron de hablarse y siguió conviviendo con el monstruo, hoy, N., sigue soportando verlo en Puerto Cabezas, ya separado de su madre. Su padre no quiso hacerse cargo de ella, siguió viviendo con su tíos. Volvió a la escuela con su falda azul oscuro, su camisola blanca y su corbata a juego con la falda. La Naikra Tagni sacaba buenas notas.

Su padre la reclama
Con 16 se trasladó a casa de su padre, en Puerto Cabezas, teóricamente para estudiar, en realidad para hacerse cargo del tercer hijo, recién nacido, del nuevo matrimonio de su padre. La progenitora había abandonado el hogar. Volvería año y medio más tarde y no visitó ni una sola vez a sus hijos. La Naikra Kinka, sí iba a clase… por las noches… cuando había finalizado todas las tareas de la casa, haber fregado, barrer y lavar todo a mano, pañales incluidos, y claro, dejar la cena preparada. Hay que tener en cuenta que en esta sociedad los hombres no hacen nada, peor que nada, lo he visto con mis ojos en su casa, tiran las cosas al suelo para que una mujer las vaya recogiendo detrás. Entonces sí, sí que podía ir a clase.

Un embarazo como salida
Su madrastra volvió cuando yang Pulpulki tenía 18. Eso no aligeró las tareas del hogar, las incrementó. La vieja no la quería en casa y N. luchaba por hacerse imprescindible, sólo así pudo permanecer en el hogar paterno. Nunca ha habido una palabra de agradecimiento.
Un joven, mayor que ella, la perseguía, "la molestaba", pero la insistencia es un arma y él supo disparar. Tanto que se quedó embarazada, ella pensó que era su liberación, se fue a vivir con él. Duró tres meses. Al mes llegaba bolo por las noches, a veces acompañado de otra mujer, en alguna ocasión la llegó a pegar. Se separó. Pasó todo su embarazo, su padre no sabía nada, lejos del pueblo, en casa de un familiar en Waspan, población cercana a la frontera hondureña y donde compartió hotel conmigo. Se quedó en los huesos, vomitaba constantemente. Asistía a clase por las noches. Al final su padre acabó por enterarse y volvió a parir a Puerto Cabezas. Fue doloroso, tres días con sus noches para que saliese la criatura, los médicos la daban por muerta, al final nació. Apenas pesaba dos kilos.

Nada es gratis
Esta vez su padre sí que reaccionó y la acogió de nuevo en casa, pero no gratis, claro, yang Tuktiki sigue desempeñando las mismas labores de cenicienta, cocinar, fregar, mantener todo limpio, incluyendo lavar a mano la ropa de siete personas, y la plancha. Por todo eso tiene que agradecer que le paguen su último curso de bachiller los sábados (120 córdobas al mes, apenas 5 euros, hoy amenazados (su madrastra, llena de celos por irse tres días conmigo a Bluefields, aunque tenía permiso del padre que tuve que pedirle yo) y que de vez en cuando se pueda comprar algo de ropa. Mañana le gustaría estudiar enfermería. Su padre, abogado y trabajador de ayuntamiento, llegó bolo el domingo, su mujer le quitó los zapatos y lo desnudó para meterlo en la cama. Ella, mientras, no ha recibido un solo regalo de cumple en sus 20 años de vida, sus hermanos sí.
Un kiawalaya, yang amorki

Apéndice, diccionario miskito
Painkira, bonita. Caribe Chenka, joya caribeña. Yang Painkiraki, mi belleza, mi linda. Yang Tuktiki, mi niña. Naikra Tagni, la flor de mis ojos. Naikra Kinka, reina de mis ojos. Pulpul, mariposa. Yang Pulpulki, mi mariposa. Un kiawalaya, yang Amorki, un beso, mi amor.
La próxima crónica, o la siguiente, será mi historia, la nuestra.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Jorge,
han sido más de tres semanas sin poder leer tu blog. Intento no dejarme nada atrás y me alegro, al leer lo escrito este tiempo, de comprobar que sigue intacta tu capacidad para emocionarte, para sentir y para contárnoslo todo o casi todo.
Te mando un beso muy fuerte. Cuidate mucho. Carmela

Miguel dijo...

las fotografias son maravillosas, se nota que estan hechas desde los sentimientos y la emoción, enhorabuena otra vez.

Anónimo dijo...

Necesito que me cuiden. Alguien que se ocupe de mí. Que masajee mis músculos, que alise mis sábanas. Cásate. Lo necesito sólo por esta noche.

Anónimo dijo...

Me ha hecho pensar mucho esta historia que a primera vista parece una simple "historia de amor". Me ha hecho pensar en la geografía, en la política, en la economía, en las mujeres, en los hombres, en las sociedades, en el sexo, en la educación, en la procreación, en la supervivencia, en el poder, en la inercia, en la soberbia, en la justicia ... y me parece escalofriante. También me ha hecho pensar en el amor. Fue menos escalofriante.

Quiet Fairy dijo...

HOla...me he topado con tu blog...y quisiera mucho poder publicar esto que escribiste en mi blog...mi blog es de todo, tiene un poco de todo lo que soy yo...y bueno esta es historia tambien soy yo...decime que te parece...por supuesto que si lopublico tendrá tus créditos.
Las fotos también las tomaste vos?

Xochitl

Jorge Bonilla dijo...

Hola Xoch,
como no tengo tu email, te contesto por aquí. Sí las fotos son mías, las de todo el blog. Encantado si publicas esta entrada en tu blog, y con mayor orgullo siendo tú una mujer, y nica.
Besos.

Anónimo dijo...

Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!