miércoles, 31 de octubre de 2007

De Tejados, comandos y luces compartidas

Por qué hablan los tejados
Me fascinan. Los tejados hablan, son un paisaje, te revelan bajo que techos se esconden sus habitantes, te enseñan cómo viven sin penetrar en su intimidad. Intuyes el interior. Te explican el exterior. Te dicen si llueve o no, te muestran con que intensidad, si son aguaceros o una lluvia fina, la cantidad de días al año. Su distancia también importa, es definitivo para saber la aglomeración o aislamiento de sus moradores. Hablan mucho de los ingresos… mucho, de las condiciones económicas particulares y comunales.
Los tejados me enseñaron que en Alaska no llueve o muy poco, ni en Whitehorse, ni en Inuvik, me mostraron el etilo irlandés del viejo San Francisco. En el desierto de Arizona observe que el tejado de los indios pueblo se sigue utilizando siglos después. En Creel, México, no entendí las planchas de zinc, pregunté por qué zinc, si Ustedes me cuentan que hace mucho frío y con el zinc aumenta? No sé, es así. Fue mi primer encuentro, después ya me he acostumbrado.
Aunque sigo sin entenderlo, es frío cuando enfría, es abrasador cuando calienta. Es una puta mierda. Tiene que haber otras soluciones para una vivienda barata. En Colombia he redescubierto el barro, las tejas y el ladrillo. He sentido una paz interior. Hasta los cerros aislados y que muestran una pobreza tercermundista en una sociedad avanzada, se cubren bajo teja. En el interior, claro. Cuando llegas a la costa todo cambia, vuelve el zinc, pero sin embargo al algunas manchas ocres, marrones, grises de los años, me muestran que aquí no he estado antes. Que el paisaje ha cambiado… que sus gentes no viven igual que otras que he visto.

Una luz para dos
Tengo un corazón rojo en mi habitación. Es una lámpara, y su interruptor está pegado a la pared. Por el día combina muy bien con el verde pistacho de la pared, la cortina azul, la sábana verde inglés y las almohadas amarillas. Colores vivos, alegres. Me dan la espalda, trabajo sobre una mesita mirando a la ventana, abierta, al fondo una gran montaña, la Sierra Nevada de Santa Marta. Un mastodonte de 5775 m. ¡La más alta cerca del mar!
Por las noches lo intento encender, el corazón, mi corazón, pero no, no funciona. Falta algo, no es una luz para un tipo solitario, aunque pueda dar ambiente a sus actos onanistas. No. Es una luz para compartir, para encender pasiones. Para amantes, posiblemente de fin de semana. Me hubiese gustado ser pícaro en ella, poner música, fumarme un peta y… reirme, acompañado. También me he preguntado si olerá igual una mujer con ese destello de rojo intenso o con una normal. Yo creo que no , pero no lo he comprobado.

Comando Bonilla
Se lo copié a mi amigo JBG, "cuando salgo al extranjero siempre miro en los listines telefónicos si aparece mi apellido". Desde entonces, hace mucho, cada vez que viajo, o me traslado de ciudad he cogido la costumbre de ojearlas. A veces se me olvida, claro. Busco el apellido Bonilla y de paso el de mi amigo. El mío es frecuente, el de Barriuso apenas existe. Desde Alaska hasta Colombia, en sus dos variantes Bonilla y Bonilia (cosas de la pronunciación), lo he encontrado. Lo vi en Anchorage (Alaska), en Whitehorse (Canadá), por todo México, en la Ceiba hondureña y algo en Nicaragua. Ayer estuve en Aracataca, el pueblo de Gabo, y conocí a Manuela B, candidata a concejal, nos saludamos, decidimos que eramos primos y nos despedimos.
En la calle no busco mi apellido, ¡qué horror!, cuando paseo lo encuentro, a veces lo veo, y a veces me sorprende la cámara porque me lo enseña sin yo haberlo visto (véase la instantánea de Comando). Quería fotografiar la valla y salió el Bonilla.

domingo, 28 de octubre de 2007

El eje cafetero. En torno al café

Al Sur de Manizales: Pereira, Armenia, Montenegro, región paisa, el eje del café colombiano, trabajadores, emprendedores, muy enraizados en su tierra han levantado un imperio, ni los terremotos, ni las caídas del precio del café les ha hundido, al contrario, les ha dado fuerzas y les ha hecho ver la necesidad de diversificar su economía. Desde hace años funcionan antiguas haciendas cafeteras como lugares de hospedaje. Se han pasado al ecoturismo, y les funciona. Su café es el orgullo nacional. Toda la nación mira hacia ellos.
¿El lado malo? Es zona "Para", como su capital, Medellín, el corazón de los paramilitares, máquinas de crear terror, hoy amnistiados y ejerciendo ya "integrados" funciones de presión y extorsión por cuenta del Estado. Feo, feo.

¿Cómo llegó el café a América?
Lo que es la mata, la madre de los cafetales americanos, procede de Francia, fue un regalo de los holandeses a Luis XIV y plantada en un jardín de Versalles. ¡Esa es la mata! Un esqueje suyo viajó contra viento y marea, es una historia guapa. La trajo un francés en 1723, Clieu, a Martinica y de allí se expandió a Colombia, Venezuela y Brasil. Luego vinieron otros, holandeses, ingleses e invadieron el continente.

Favor, regáleme un tinto
Y te ponen un café solo, en un pequeño vaso de plástico y ardiendo. A todas horas. Es una tradición, un ente nacional. Un tinto no es ni un café solo, ni un americano, ni un esspreso, ni nada parecido, aunque es lo mismo: café. Se vende en la calle, en las playas, en los restaurantes, pastelerías. En los hoteles a veces te lo regalan. Multitud de niños, jóvenes y viejos caminan cargados de sus termos ofreciendo tinto, perico (con leche) o agua panela (jarabe de la caña de azúcar).

¿Cómo se toma el mejor?
No hay respuesta. Imposible. ¿A quién se lo pregunta Vd? A un gringo, un holandés, un español, un italiano o un colombiano? Quién tiene razón?. Eso es lo genial de la segunda bebida no alcohólica más bebida en el mundo, la primera el té, que en cada lugar del mundo se bebe de una forma diferente, que es una bebida democrática, que cada uno, además de las particularidades regionales o nacionales lo toma como le da la gana. Esa es la respuesta. "Suave, Fuerte o Balanceado, cómo lo desea", se dice en Colombia. A cada uno le gusta el suyo: más claro, más oscuro; con leche, sin leche, poca o mucha; tostado o natural. De máquina o de filtro. O instantáneo como en la tierra de Juan Valdez.

Mi primer café
Lo tomé ya con 22 años, fue un café solo, de golpe, con mucho azúcar. Sé la fecha, el 28 de mayo del 82, festejábamos con mis padres el cumple de mi hermano JF en Salamanca. Al día siguiente tenía examen y quería estudiar después de haberme comido un bistec al rocquefort y haber bebido un poco demasiado de vino. Difícil concentrarse y no dormirse. Acudí al café y sentí el subidón, me gustó, me atrapó, más que su sabor. Ya no recuerdo más. Desde entonces esa pócima mágica, esa droga encubierta me acompaña. Hoy no sé hacer nada sin haber tomado un café, da igual cómo, después de levantarme. O uno después de comer, qué rico!

Qué se mueve entorno a los cafetos
Hay personas, lo primero y pregonan a los cuatro vientos que es el único que se recoge todavía a mano, con lo cual sólo el maduro pasa a los sacos. Van en moto o Willi a casa. Hay caballos, por los caminos y las calles, los educan y cuidan. Es un signo de clase. Hay jeeps Wilson, posteriores a la II GM, aún
funcionan. Hay imitaciones de otras marcas. Las pick-up les ganan terreno. Supongo que habrá un lenguaje específico que por razones obvias no he aprendido. Hay un uniforme con machete y bigote incluido. Hay una cultura. Hay bellos campos y un Parque Nacional del Café que se ha convertido en un parque de atracciones. Que pena.

sábado, 27 de octubre de 2007

Llámame K

Así me llamo. Para los hombres soy K. Para mis amigos y familiares soy RJ.Tengo 24 años y un hijo de siete. Estoy separada hace tres y actualmente no tengo pareja. Estoy enamorada de un joven que siempre me pregunta dónde trabajo. Mi hijo también lo hace y no entiende que no me pueda visitar. Se queda con mi madre cuando no estoy. Le miento, les miento. Convivo con mis padres y algo sospechan… Hasta hace dos años chambeaba de mesera, pero no me llegaba para el colegio del "hijoeputa". Empecé bebiendo, mucho, para poderlo hacer, sin alcohol me resultaba imposible, hoy ya no lo necesito, ya puedo sin.

Vivo en Sincilejos y trabajo allí durante la semana en un bar. Los fines de semana me acerco a la costa, no está lejos, a Tolú-Coveñas, vienen paisas, rolos y a veces extranjeros y, naturalmente, hay negocio. A menudo llegan acompañados de sus viejas, pero las despistan. En Tolú-Coveñas duermo en una cabaña que comparto con una amiga, LM, que ejerce la misma profesión; antes estaba sola y me salía más caro. Dos días a la semana asisto a clase para terminar mis estudios de primaria y sacarme el graduado escolar. Hoy no he podido ir porque un cliente me robo hace dos días el dinero que llevaba. De mi futuro no sé nada, no sé lo que quiero ser. Supongo que esta profesión no es para largo. Me encantaría encontrar un hombre que me amase y que me llevase lejos de aquí, pero con mi hijo. Uno me llevó a Cali sin él y aguanté una semana. Mis tarifas son de 6 a 10 euros por un rato y de 18 a 28 por la noche completa. Soy una trabajadora sexual.

Amigas y compañeras:









xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJ., 20 años, hijo de tres.

L. M., 32,
hija de 16 e hijo de 14.

D. 17 años,
hija de uno.

viernes, 26 de octubre de 2007

Colombia, entretextos

Calentamiento global
Esta niña se llama Patricia, acaba de salir de clase. Es del turno de la mañana. Estamos en una buseta, ella a casa. yo a la playa. Está sentada junto a mi y lleva el cuaderno abierto, por eso sé su nombre. No hemos intercambiado palabra, pero la he observado, leído sus notas y curioseado sus apuntes. Los repasaba, leía, alzaba la cabeza y entre labios repetía lo que había aprendido. La lección iba sobre el cambio climático y decía como una de las causas que "las emisiones de CO2 afectan directamente sobre el calentamiento de la tierra".
Bueno, pues esta niña, de unos 11 o 13 años, con uniforme, morena y alumna de una escuela sencilla de la costa caribeña colombiana, sin saberlo, sabe más sobre el futuro de la humanidad que nuestro líder de la oposición, Mariano Rajoy. Que vergüenza! Por cierto, me han copiado, llevo defendiendo hace años que ese anticuado señor es un personaje de casino provinciano de finales del S XIX –lo juro– y no puede ser líder de un partido que aspira al gobierno en 2008. Cada vez que habla, cada vez que le veo, lo pienso. Ellos sabrán.

Perros como símbolo de identidad, o buitres o basura.
Moverte es captar todo lo que te rodea. Buscar los signos, las características que estructuran esa sociedad. Es fijarse en lo qué hay y cómo interactúa con el entorno, con las otras partes de la estructura (sociedad y entorno ambiental), trabajando –yo, como observador– con dos lógicas diferentes. Me explico, la primera sería la lógica de un ser foráneo que mira, analiza y se responde a las cuestiones de esa sociedad con una óptica ajena a ese mundo, es decir, una razonamiento occidental o español o europeo o cómo quiera llamárselo. Son lo ojos de un extraño. La segunda, es intentar meterte en la cabeza de los seres humanos que conoces y entender su lógica. Analizar cómo lo hacen ellos, por qué actúan así, qué les lleva a funcionar, pensar de ese modo. También existe lo que no hay, lo que falta, pero de eso no quiero hablar hoy.
Por qué pongo un perro en la imagen. Pues por que la sola visión de uno nos está diciendo, las condiciones sociales, económicas, sanitarias y ambientales en las que se cría, vive y reproduce. No él, toda la sociedad.

Baretos
Son unos petas enormes, como tres de los nuestros, aprovechando bien el papel. Que venden lo cerilleros, o puestos ambulantes de la calle. Muy bien enrrollados. Del tamaño de un purito, pero cargados de otro material. Verde. Todo lleno de verde. Demasiado para mi. De uno hago cinco y consigo convivir conmigo mismo. La calidad no suele ser la mejor, es maría de segunda o tercera calidad. La primera, la reina, –el creep, que así le llaman… y hay que probarlo porque ése sí que es alucinógeno. Garantizado. Se ven pajaritos– hasta donde yo sé, se vende más en bolsitas de diferentes precio, claro está. Las personas que usan los baretos, lo encienden hasta que se acaba. Mucho pa´mi cuerpo.

Elecciones el domingo
Dentro de tres días. La gran fecha. Lo inunda todo, es un momento de gloria, la economía familiar va ir bien en las próximas fechas. O ya le va bien si ya le han pagado su voto. Es el gran debate. Cuánto vale y cuántos votos son a cuenta del candidato y de quién le apoye. El otro día preguntaron en la TV a uno que pretende ser alcalde de Bogotá si "¿sería capaz de comprar 50 votos para salvar a la ciudad de quedar en manos de quien pudiera comprar 50 mil? Moreno Rojas, sin vacilar respondió: ¨Sí, sin ninguna duda”. Por lo demás ha habido un par de alcaldables asesinados, un diputado liberal también tiroteado y abatido desde una moto; un superlíder de la guerrilla –estaba a cargo de una unidad de 500 elementos–, bombardeado y presentado su cadáver a la prensa, entre Tolú y Cartagena –lugares en lo que he estado. Por lo demás tranquilas, candidatos municipales y regionales. Muchas siglas, complejo sistema de votación, y las ciudades llenas de malos carteles y peores eslóganes.

jueves, 25 de octubre de 2007

Manizales del alma, pasodoble taurino

Grata sorpresa, me acerqué a Manizales porque quería visitar el eje cafetero, de cuyo producto es capital mundial, pero apenas vi café, está más abajo. Esta ciudad irradia vida, movimiento, un carácter español, toros en la feria y espíritu de colonos. Se consideran hijos de los 20 aventureros que fundaron la ciudad hace algo más de 150 años. Además hay teatro, cine y bonitas iglesias. ¡Y ocho microclimas en el termino municipal!

Los pisos térmicos
Es bonito pasear (viajar) por Colombia, ese sube y baja a través de las montañas y valles, pasar de los 3000 msnm a los 200 es cuestión de una bajada. El trayecto de Bogotá a Manizales es donde se forjan los escaladores del ciclismo colombiano. Cada altura tiene su clima, su propia pluviometria y por tantos su propia vegetación. Son los pisos térmicos, fenómeno que ocurre en todos los lugares del mundo pero en esta tierra tiene una importancia extrema. Todos los colombianos lo conocen. Todos lo han estudiado. Esos pisos permiten que la flora sea apabullantemente diversa, así como los cultivos, porque se trabaja mucho la tierra y es una joya para los ojos observar las laderas.

Una ciudad en el camino
2100 msnm, temperaturas diurnas calurosas y noches un poco menos frescas que en Bogotá. Pregunté si en verano llueve menos, porque se pasó tres días lloviendo, –y no es cálida, como estaba acostumbrado en el Caribe–. Nadie me supo responder, llueve cuando quiere. Es difícil comprender el clima en el interior. La estructura urbana se asemeja a las ciudades montañosas de Euskadi y Galicia: barrios muy extendidos en torno a las lomas, y unas cuestas de espanto. Acabé con agujetas. Dormí en un hotel caro y me robaron la colonia.

A Manizales viene la gente para ver el Nevado de Ruiz, hay excursiones y esas cosas. No lo vi. Imposible. Las nubes lo frustraron. En Manizales hay plaza de toros, hay una vieja estación de cable (telecabina) que unía ciudades (se va a relanzar), está lleno de bellas iglesias, estilo republicano. En Manizales hay mucho arte en la calle, mucha escultura y mobiliario urbano que quiere competir con el primer mundo. Hay pobres como no, pero es una de las ciudades más ricas de Colombia. En Manizales se ve la ETB. ¿Por qué?. En Manizales las calles están limpias, las casas cuidadas. En Manizales hay unas vistas… unas puestas de sol, entre montañas y valles, alucinantes. El paisaje que rodea a esta urbe no se ve todo los días. Impresiona. En Manizales he visto por primera vez el bambú, crece en los alrededores como bosques, como material de construcción, andamios, estructuras. Interesante.

Cultura!!!
Fui al teatro, había un Festival con 29 años de tradicción, a ver a un grupo de danza contemporánea, españoles, Ananda Danza, de Valencia. De puta madre. Me reencontré con el mundo de la cultura. En Bogotá, un par de exposiciones, un concierto; aquí, Festival de teatro, Feria del libro: este país emociona. Además había actividades en la calle, en ese caso un grupo del Pais Vasco: a lo suyo, el aurresku, versión danza contemporanea, con fondo de pantalla tipo Bauhaus, el grupo musical. Aurresku, a fin de cuentas. Qué coñazo! Lo siento. Fotografíe a un grupo de personas que no parecían de esa tierra más bien de Valladolid o Santiago. Es lo que pasa con la herencia genética, que provoca hijos parecidos.

Con nocturnidad
Salgo bastante por las noches, desde Corn Island visito con frecuencia las discos allí donde voy, me tomo un par de cervezas y me largo. La música es parecida, poca innovación. La esencia es latina, en todos los géneros, en las mil variedades de ritmos que impone el trópico, más o menos calentones y siempre con diestro movimiento de caderas por parte de los danzantes. Hoy he descubierto cómo las mujeres se hacen atractivas a los hombres cuando les interesan: primero la mirada, corta, ladeada, sin grandes pretensiones, seguidamente el giro, mostrar las nalgas y mover el trasero, un buen ratito, después el segundo giro, de nuevo mirada, confirmación de que el elemento masculino ha prestado atención. Así funciona. No es gratuito que aquí a follar se le diga culear.