viernes, 21 de marzo de 2008

¡Che, La Argentinaaa!

Esteeee. Estoy en ruta viajera, con gran movimiento entre Chile y Argentina, excursiones que se organizan en un país y te llevan a otro, y al revés. El intercambio es constante, pero apenas de ciudadanos autóctonos, el movimiento es principalmente guiri, mochileros y jubilados. Buscamos maravillas, exotismo y esta región del mundo lo ofrece, sin lugar a dudas. Porque entre la tristeza de los paisajes patagónicos, pura estepa, pura pampa, están los Andes, frontera natural entre los dos países, que esconden algunos cerros magníficos y lo que se puede considerar una de las mayores reservas de agua potable del mundo: los glaciares. Estoy en el Campo de Hielo Patagónico Sur.

El Calafate, Argentina descubre el turismo
Esteeee. El Calafate, hosterías, hostels, apartamentos, cabañas, restaurantes, tascas, asadores, parrilladas. Cordero patagónico. Dulce, chocolates. Cafés. Tiendas, artesanías y ropa. Mucha ropa, muchas tiendas. Eso es El Calafate, la ciudad más floreciente de la reciente Argentina. Nuevas construcciones, por todos lados. Y una gran Avenida, dónde se concentra el movimiento guiri. Arriba y abajo. Ha pasado de tener 6.000 hab. hace 7 años a tener actualmente 17.000. Y sigue creciendo.

Hambre de tarjetas
Esteeee. Me volvió a ocurrir, me dejé la tarjeta en el cajero. El tiempo que transcurre entre que te da el dinero y el que te pregunta si deseas realizar alguna operación más, es demasiado largo y hasta que lo aprendo me la suelo olvidar, algunas con tan mala fortuna que las pierdo. Seis llevo consumidas, cuatro de débito y dos de crédito Afortunadamente la conexión con la Caixa en España ha funcionado a la perfección y Henar RB se lo ha currado conmigo. Email, dar de baja, de alta y nueva solicitud. Gracias H. Y las visitas de la Península durante este viaje han alimentado mi hambre tarjetero.

Patagonia esteparia
Esteeee. Ni loco viviría aquí. Sería como… como condenarme a sufrir de por vida. El aire es insoportable. Ojo, hablo yo, a otros les puede parecer el paraíso, pero esos vientos… la falta absoluta de arbolado, La belleza patagónica es un mito que se circunda a la parte andina del la Argentina sur, lo demás es un puro secarral, repleto de ovejas. Las grandes zonas esteparias que he recorrido, la monotonía del paisaje, esteeee, es muy duro. A lo lejos alguna estancia (rancho, cortijo). Kilómetros y kilómetros de pampa, puro páramo. El desierto gana terreno. Las gentes que viven allá deben ser de una forja especial. Les admiro. Quien venga a la Patagonia a descansar que se olvide, aquí se viene a andar, o vienes para darte caminatas en las zonas montañosas y/o en las marítimas para ver bichos, o definitivamente te refugias en casa del viento.

Perito Moreno… un flipe
El 10 % de la esfera terrestre es hielo. La Naturaleza se ha vuelto a transformar. Se ha vestido de hielo, puro hielo; un paisaje conformado por una masa inmensa de agua blanquiazul, el hielo no es blanco, ni transparente; una lengua inmensa, cuya profundidad se pierde en el horizonte descendiendo imparable, arrasa todo lo que encuentra en su camino. Es un glaciar. Hielo, no nieve, puro hielo que avanza 2 m al día –el Perito es uno de los pocos que avanzan y no retroceden–, es un flipe. Observar como se derrumban bloques de 60 m (20 pisos), toneladas de hielo que se disuelven en el agua y al mismo tiempo no es nada ante la grandeza del glaciar, es un flipe muy gordo. Oir, escuchar el estrepitoso ruido –asusta– que se crea cuando se desprende algún bloque es otro flipe, mayor si cabe, porque desconoces ese crack de la naturaleza. El pequeño tsunami que se crea tras el choque es otro flipe. Sus cinco km de ancho hacen imposible abarcarlo con la vista, sólo desde lejos puedes apreciar su hermosura, el romanticismo del lugar. De cerca… la belleza es otra, es más agresiva, más impactante, más lisergico.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Esteeee... que bueno volver a leeeerte. He estado cuatro dias fuera y veo que has producido mucho en este tiempo. Impresionante el Perito Moreno, y ¡que desolación provocan algunos paisajes de la Patagonia!. Creo que yo tampco aguantaría ni loca más allá de un mes. Protégete de los efectos turbadores del viento, y disfruta. Un besazo.

Jorge Bonilla dijo...

Ya me he refugiado del viento, ya estoy en Buenos Aires. Stop. Me cuido y me cuidan. Stop. Linda ciudad. Stop. Un beso. Stop.

Anónimo dijo...

Que envidia, quien te cuida J.A? quien?

Jorge Bonilla dijo...

Silvia y Alejo, dos porteños que me han acogido maravillosamente en su casa bonarense. Besos. J.A.

Marion dijo...

Esteee, sos voludo. en un sólo post desmontas un mito de mi vida. La Patagonia, tierra prometida. Chaaa te puedes morir, che.

Jorge Bonilla dijo...

Lo siento, marilú, pero es así. El 80% de la Patagonia es un puro secarral, duro, con vientos helados y con una oreografía plana hasta la eternidad. Otra cosa es la parte pegada a los Andes, eso ya es otra cosa.
Te escribo desde Misiones, estado norteño argentino donde se encuentran las cataratas de Iguazú, esto sí que es un placer de temperatura, trópico, subtrópico, da igual, calor rico, pocas vestiduras, pieles oscuras, lo que yo quiero, lo que a mi me gusta. ¡Qué lindo fin de viaje: Iguazú y Buenos Aires!

Natiii dijo...

¿La belleza patagónica es un mito?

No te entiendo, la verdad... ¿Venís de un continente atestado de gente, que no tiene lugar prácticamente para nada y ves la Patagonia como un "secarral"?

Es increíble que no puedas ver la incomensurabilidad, la nada, el todo, el silencio, la inmensidad que llena los sentidos cuando caminás por el sur argentino...

No te culpo del todo, sos un viajante y no tuviste tiempo de ver todos los recovecos que ofrece la patagonia "del lado del mar". Te quedaste en lo que te dice el turismo y es entendible, pero no hagas un juicio tan fuerte cuando solo la visitaste así, en medio de un viaje...

Bueno, más allá de esto, muy lindo el blog, muy interesante. ¡Hermoso viaje!