domingo, 2 de marzo de 2008

De culturas y vicios

La cultura de vaso. Los pobres beben a morro
Nosotros los del Hemisferio Norte nos hemos educados con ciertos valores, determinados objetos que consideramos globales, por ejemplo uno muy sencillo, los vasos, algo tan común que cada uno tiene en su casa y que nunca se ha imaginado que haya algún lugar en el mundo donde no se utilicen, pero así es, hay millones de personas que no lo utilizan, que sencillamente no tiene acceso a un simple vaso, ¡para que hablar de un copa! Me he pasado la mitad de este viaje bebiendo a morro, ya sea cervezas o refrescos, a menudo decorados con un servilleta alrededor del cuello de la botella, a modo filtro higiénico. Lo mismo se podría decir de los cubiertos, o de las servilletas o de tantas cosas tan comunes y al mismo tiempo tan lujosas para otras culturas.

La cultura del tabaco. Los pobres no fuman
Sin lugar a dudas donde mejor saben los cigarrillos (y no quiero hacer apología) es en el Caribe, por la altura y por la humedad, yo, como repugnante fumador, lo puedo afirmar. El tabaco en zonas áridas, secas no sabe igual, a nada que tengas un paquete abierto se seca y entonces pica, se consume antes y no lo disfrutas igual, lo mismo sucede en las alturas: te ahoga, encender un pitillos a partir de 2.500 msnm es una tarea ardua, las chupadas (caladas) se hacen tediosas, difíciles, para que contaros cómo es a partir de 3.500 m. Eso sí que es duro, chupas y chupas y no entra nada. Falta oxígeno, no sólo para tus pulmones sino también para la brasa del cigarrillo, no se consume nunca. Es un dolor, aunque con el tiempo te acostumbras y vuelves a fumar como un gilipollas.
En Chile de nuevo he vuelto a encontrar fumadores, será porque es el país donde el tabaco se encuentra más caro (2 euros), no es broma. Desde México hasta Bolivia el tabaco, los cigarros o cigarrillos (todo es lo mismo) es insultantemente barato (menos de un dólar). Los pobres no fuman y por eso las tabaqueras bajan tanto los precios, para crear adicción y cuando tengan al personal pillado subir el valor de las labores, además de que los impuestos que se pagan supongo que son irrisorios. En Chile, como decía, he vuelto a encontrar fumadores, si bien tienen restringidos los lugares donde consumirlos. Yo sigo fumando como un imbécil y ya no sé cómo dejar este estúpido vicio que consume mis pulmones y mis finanzas.

La cultura de las drogas. La cocaína gana terreno
"Perdona, una pregunta indiscreta y sin compromiso, ¿sabes donde puedo comprar maría" Esta cuestión la repito hasta la extenuación, siempre a las personas adecuados, las conozco, nos conocemos, a pesar de mi edad. La contestación desde que abandoné Perú es la misma "está difícil, pero si quieres perico es fácil" en todas las ciudades, da igual el país. La marihuana no sale rentable y es más voluminosa de transportar, en cambio la cocaína deja más plata a los intermediarios y está más extendido su consumo. Yo ya no uso, para qué, las rayas, solo es lo más coñazo del mundo, pero unos porritos… ¡ay que ganas! Joderse y aguantarse.

La cultura del sexo. El show de la Kournikova, chilena
La ciudad estaba inundada de pasquines fotocopiados. Las radios tampoco callaban. Era una actuación especial en Caldera. No decían más, a parte del nombre de la discoteca y el día. Allí fui. El local estaba lleno de jóvenes de ambos sexos, muchachos y muchachas de los más normal bailando al ritmo, fatal por cierto, de moda, reguetón claro. Me extrañó, porque esperaba encontrar un local lleno de hombres, de mi edad, claro, (había un par naturalmente) y sin apenas mujeres. Tardo dos hora en salir, la gente seguía bailando y apareció ella, la Kournikova chilena, rubia, siliconada y con su herramienta de trabajo, la raqueta. Los hombres, jóvenes y adultos se acercaron al escenario y como locos sacaron sus móviles, pitaron, silbaron y gritaron. Las mujeres con las que hasta ese momento habían bailado, se quedaron en un segundo plano, nadie se quejó ante ese espectáculo "machista", la Kournikova, ya desnuda, se trabajó la raqueta, hizo un saludo de despedida y de agradecimiento ante los aplausos recibidos y desapareció. Todo duró no más de 15 minutos. Los hombres volvieron con sus mujeres y siguieron bailando como si nada. Yo, me tome otro pisco sauer (para dolor de mi amigo MB) y me fui dando un paseo para casa. Los hoteles son mi hogar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya me imagino a qué debe haberte sabido ese "pisco sauer" chileno (aguardiente sauer, diríamos con más propiedad), en un local con un espectáculo de esa categoría...
Otro punto: ¿Cómo que las rayas son un coñazo? Un poco más de respeto hacia la ingeniería química, por favor.
Geniales las fotos de Chuquicamata y Calama... Buen viaje...

Jorge Bonilla dijo...

Querido Chemical Bro, no pongo en duda la raíz peruana del Pisco, pero un cubata se puede beber en muchos lugares del mundo. Y de hecho, y sin tu permiso, durante mi estancia en Chile he bebido pisco sauer cada vez que he salido por la noche.
Respecto al otro punto, insisto, solo es un coñazo, te rayas.
Besos, Bro!