lunes, 26 de noviembre de 2007

Caracas, carros, dinero negro y gasolina

En Caracas tenía una cita. Con Marion, mi Marilú, mi segunda y esperada visita de España. En ella delegué la elección de los lugares a visitar, eran sus vacaciones. Ya antes GRL le había asegurado "Jorge se deja llevar sin problemas". Y así fue, salvo por mi nerviosismo antes de su regreso dado mi falta de entregas sobre Venezuela. Ella sabrá perdonarme.

Lo primero cambiar
Si vienes no traigas tarjeta, o no la uses: todo te saldrá carísimo. Tampoco cambies en bancos, te darán el precio oficial, una ruina. Tienes que buscarte la vida –con cuidado, claro– y cambiar la valuta con personas que te den un mejor precio (hoteles, aeropuertos, joyerías…). Así, por ejemplo, Un euro oficial se paga a 3.100 bolos, en el mercado negro puede estar entre 6.500 y 9.000 bolos, según tu capacidad negociadora. La mía es malísima, y dado que soy un cobarde no arriesgo. Eso significa que un hotel que cuesta 100.000 bolívares te sale a 32 euros cambio oficial o entre 15 y 11 euros si cambias en negro. Gran diferencia, válgame Dios!

Adiós Caracas
Os juro que en la medida de lo posible intento ser neutral en la valoración y visión que tengo de los espacios que visito, y sobretodo no me gusta hablar mal de ninguno porque creo que es injusto, que el problema es mío y no del espacio en sí. Pero que puedo hacer cuando el cuerpo me pide abrirme. Y eso mismo me sucedió en Caracas: largo cuanto antes, aunque me quedé tres días. La ciudad, palabra que no invita a quedarse, no se puede vivir en el centro porque todos te advierten de los peligros –el fin de semana del 12 N hubo cincuenta muertes violentas en la ciudad, o si lo preferís 11 muertos diarios en Nov. Buen panorama, y apenas se ven policías. Así que a la playa!

Me confieso: amo los carros gringos
Los antiguos. No se manejar, ni me interesa. Los coches, en general, me importan un pimiento… salvo los gringos. De los setenta. Los Oldtimers, que dicen. Venezuela está llena. Me fascinan. Me deleito mirándolos. Su longitud, sus líneas, la comodidad. Chevrolets, Fords, GMC, grandiosos: sus delanteras, los maleteros, enormes, esos potentes motores… Muchos ya se caen a pedazos, les falta la mitad de la carrocería, pero da igual ellos avanzan como si nada. Fijaos la diferencia, cuando en nuestro país corría el Seat 131, o el Renault 16 aquí lo hacían carros de 5 metros de longitud. Otro mundo.

¿Qué nos dicen esos carros?
Su senitud nos dice que aquí hay vehículos desde hace mucho, mucho. En los otros países latinos que hasta ahora he visitado no los he visto, sencillamente porque hace 30 años no los había o había muy pocos. Colombía, por ejemplo, está lleno de taxis nuevos, coreanos, vestidos de amarillo, pero no se ven pocos vehículos de aquellos años, aquí en cambio además de modelos modernos, europeos, gringos y japoneses siguen funcionando miles de modelos de los años 70. Se las fechas porque cada vez que monto le pregunto al conductor por el año de construcción ¡Y se lo saben!

Gasolina regalada, o casi…
Os imagináis un país occidental donde llenar el depósito es más barato que comprar una botella de litro y medio de agua (3.000 bolívares, apenas un euro a cambio oficial y entre 30 a 50 céntimos si lo haces en el mercado negro) Pues ese país existe y se llama Venezuela. Increíble.

8 comentarios:

Marion dijo...

Es cierto que se respira miedo, en Caracas en especial porque es allí dónde vive una cuarta parte de la población y es allí dónde hay más muertos por arma de fuego, pero el miedo es palpable en todas las ciudades. En cuanto se pone el sol, sobre las 6 de la tarde, la gente se recoge, los miles de puestos callejeros se desmontan en un santiamén y las personas se retiran a sus casas, detrás de rejas protectoras. Sólo una vez me quedé sola en la calle hasta las 10 de la noche (Jorge estaba en uno de sus múltiples y muchas veces infructuosos intentos de engancharse a la red), en Cunamá, contemplando el enternecedor espectáculo del Festival Sucrense de la Danza Internacional. Porque la plaza estaba llena de madres y niños. Y porque el hostal y sus rejas protectoras estaban a un paso.

Andybel dijo...

.-Pues vaya, vaya, con Venezuela, sus carros y su gasolina...
.-A los que nos gustan los coches y también conducir, debe ser un paraíso para recorrerse todo el país en coche.
.-Ah, por cierto. ¿Hay alguna manera de adquirir un coche, en toda Sudamérica o en Estados Unidos, de la marca Ford, modelo actual...? ¿Saldría muy caro el transporte y los aranceles hasta llegar el vehículo a España...?
.-Gracias anticipadas y saludos desde Cosas y Casos.

Jorge Bonilla dijo...

Me parece injusto y lejano a la realidad el comentario de Marion: no es cierto que se respire miedo, no afirmo eso en ningún momento, tampoco se acerca a lo verad que una cuarta parte de la población viva en Caracas (3,2 en un país con 27 millones de habitantes). El miedo tampoco se palpa, yo al menos no lo he sentido, si la gente se recoge a las 6 de la tarde es porque aquí, al igual que todos los países que he recorrido, se vive con el horario solar, se madruga mucho y por lo tanto se acuestan pronto. Si te levantas a las 5.30 evidentemente te acuestas a las 22h. No es únicamente un problema de inseguridad, que la hay, y mucha, es también una cuestión cultural. No podemos satanizar los lugares. En Caracas también hay zonas seguras, donde no pasa nada o muy poco. Un beso, Marilú.

Estimado Andybel, no sé si se puede catalogar de paraíso recorrer en carro el país, para mi sí porque no tengo prisa, pero para los que la tiene es una tortura: calcula que hacer 100 km puede suponer cerca de dos horas, con multitud de trancones (atascos) y ponerte detrás de un camión que va a 20 por hora. La conducción, visto con parámetros europeos, es catastrófica: adelantamientos en curva, en línea continua, carros sin matrícula, sin luces, etc. A ver si dedico un día una entrada a la conducción, me has dado una idea.
De lo que me preguntas sobre adquirir un carro aquí no tengo ni la más remota idea. Lo siento. Un abrazo.

Miguel Barreda Delgado dijo...

¿HA HABIDO ACASO UN PEQUEÑO ERROR?

Acabo de revisar mapas y hojas de ruta. Por lo que he constatado, la Carretera Panamericana NO PASA por Venezuela. Y este blog se llama "lapanamericana"...

¿Holydays in Venezuela? Aparte de la orquesta juvenil Simón Bolívar, ¿hay actualmente alguna otra cosa respetable made in Venezuela? ¿Se quedará el pueblo venezolano sin amigos al igual que su líder? ¿Venden guayaberas rojas en las tiendas de ropa? Así, apretaditas. Tengo un par de amigos a quienes me gustaría jugarles una broma el día de los inocentes y regalarles una prenda así.
No sé, por lo que leo y veo, cada día en Venezuela es un día menos en la carretera...
Hasta pronto en Perú... Oh blanca navidad...

Andybel dijo...

.-JORGE: Pues tienes toda la razón del mundo. Visto desde ese punto de mira y con lo que tú sabes de las carreteras y el tráfico de Venezuela; es cierto que no debe de ser una gozada el recorrerse el país en coche...
.-Saludos desde Cosas y Casos.

alma de latex dijo...

Qué absurdo: te veo aquí, Marion, te leo, ya has ido y has vuelto, y todavía ni hemos hablado. Mañana me cuentas. Por cierto, Jorge, espero que nos muestres más y mejores fotos de la estancia de Marion allá, como lector espero un jugoso perfil, qué menos. Abrazos, viajero, perseguidor de wifis, amigo.

Unknown dijo...

Reaparecido. tanto como yo. Se más de M. que de ti últimamente. Aunque, fíjate, sólo por una lamada rápida, llega hoy a casa y yo estaré de viaje. Como varias veces este mes. No tan intenso claro como el tuyo. Me leí todo tu repaso colombiano, tan raseado y mucho mejor que cosas de estos días de los periódicos. Ahora espero lo mismo de Ven. Algo más que reyes y pañuelos rojos. Lo que dice Miguel lo que haya por debajo. Pero sobre todo espero de ti, de tus sube y baja. Mientras, bien por recuperarte, por recuperarnos. Besos. Cuídate. Mucho. Y cuenta.

Anónimo dijo...

a los amantes de los carros:
en Venezuela hay más demanda que carros disponibles.
ciertos modelos tienen un plazo de entrega de 12 meses.
Aun así, entre enero y octubre de 2007 la venta de vehículos se incrementó en un 47,9% respecto al año anterior.
Venezuela no es un lugar para comprar carros, sino para venderlos (En el año 2006 más del 54% de los automóviles vendidos eran de importación).
A partir de enero de 2008 habrá restricción de importación.
Ejemplo actual: un Ford Explorer del 1999 cuesta 36.800.000 bolívares.